Ya que la familia Dooley es una familia activa, en realidad no se dieron cuenta de que Stuart estaba subiendo de peso. "Siempre ha hecho ejercicio; ha nadado desde muy pequeño, y siempre ha comido lo que ha querido, sólo porque la comida ahí estaba", comenta Heahter. "Nunca pensó sobre las decisiones alimentarias que estaba tomando. En la escuela siempre tienen comida chatarra, y cuando se la encontraba, se la comía" Para el verano del 2002, los Dooley finalmente se dieron cuenta de que Stuart tenía un verdadero problema de peso. "Unos amigos de nosotros habían ido al Programa pediátrico de control del peso Packard (PPWCP por sus siglas en inglés) con su hijo. Habían tenido mucho éxito y sugirieron que Stuart lo intentara", recuerda Heather. "Mi esposo y yo nos vimos a los ojos y nos dimos cuenta, de repente, que nuestro hijo era algo más que un pequeño regordete". Al ser un programa de comportamiento en grupo centrado en la familia, el PPWCP ayuda a niños y adolescentes con sobrepeso y a sus familias a adoptar y mantener una vida de alimentación saludable y de actividad física. Después de descubrir que Stuart tenía un 42% más que el peso recomendado para un niño de su altura y constitución, lo que lo hacía que cumpliera con los requisitos para participar en el programa, los Dooley fueron colocados en la lista de espera y fueron aceptados en el programa en la primavera del 2003.
"Para Stuart, el programa era sobre tener consciencia de cómo tomar decisiones alimentarias sanas. No eran mamá y papá diciéndole lo que podía o no comer. Lo tenía que internalizar él mismo", dice Heather. "Y no es un remedio rápido. Implicó trabajo, tiempo, y no fue fácil. En verdad están tratando de cambiar un estilo de vida". El desafío más grande para la familia Dooley fue encontrar la mejor manera de apoyar a Stuart en la meta para bajar de peso al cambiar la manera en la que la familia comía. Heather dice, "Mi esposo y yo podíamos comer lo que queríamos, así que esto me obligó a reevaluar los alimentos que había en la casa y a sólo tener alimentos saludables disponibles. También hice un examen profundo de las recetas y de lo que en realidad contenían". Para los Dooley, el "Programa del semáforo" de PPWCP fue clave para su éxito. El programa clasifica los alimentos en tres categorías: alimentos de luz roja, amarilla y verde, con base en el número de calorías y valores de nutrientes en los alimentos. "Nunca hemos sido un hogar con muchos alimentos procesados, pero siempre había galletas, papas, dulces, los clásicos 'snacks'", recuerda Heather. "Revisé la lista de alimentos de luz roja, y simplemente dejé de comprarlos. Y sacamos toda la grasa y azúcar de la casa".
Más allá de eliminar los alimentos de luz roja, Heather tuvo que reemplazar estos alimentos con alternativas sanas. "Empecé a comprar más frutas y verduras", dice Heather. "Pero sólo tenerlas en el refrigerador no ayuda: tienen que ser accesibles. Hay que cortarlas y ponerlas en la barra, lo que toma mucho tiempo. Si la comida sana no está preparada y lista para que se la coman, los niños no se la comen. ¡No es fácil mantener a la familia comiendo sano!" Al final del programa de seis meses, Stuart bajó el 5.5% de su peso corporal y se sintió más sano. Pero como ya tienen las herramientas que necesitaban, la familia siguió haciendo cambios y viendo los resultados. Ahora Stuart pesa el 20% menos de cuando empezó el programa y ni siquiera cumpliría con los requisitos para el mismo. Y se concentra en hacer algo de ejercicio todos los días. "Como familia siempre estamos preguntándonos ‘¿qué tipo de ejercicio hiciste hoy?’ Así que incluso si sólo es tirar al aro durante 15 minutos o caminar alrededor del vecindario, él tiene que salir y hacer algo", dice Heather. "¡Y ya no es el último al correr la milla en educación física!" Heather atribuye el éxito del programa al hecho de que Stuart tuvo que apropiarse de su peso y de sus decisiones de alimentación. "Si hubiéramos intentado esto sin PPWCP, hubiera habido batallas y resistencia. Con el PPWCP, le dimos la oportunidad de aprender de alguien más. Stuart tenía que internalizar las decisiones sobre los alimentos que comía para que se diera cuenta de que no valía la pena comerse ese último brownie". Cuando se le pregunta qué piensa del programa, Stuart dice, "Tener el apoyo positivo de tus padres o tutores es muy importante. Hace que toda la familia participe y no estas tú por tu cuenta. Requiere de esfuerzo atenerte al programa y no darte por vencido, porque no se ven los resultados de inmediato. Pero cuando lo hice, y empecé a hacer más ejercicio, llegaron los resultados". Gracias al PPWCP, dice Heather, "Stuart ahora es un estudiante de 9.º grado fenomenalmente sano. El programa en verdad agarró el problema a una corta edad y estableció las bases para un estilo de vida sano. ¡Ahora, Stuart es más cauto con lo que come que nosotros!"
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