Es una operación en la que el riñón enfermo de un individuo (el receptor) es reemplazado con un riñón sano de otro individuo (el donante). En general, el riñón del donante proviene de un donante vivo, normalmente de un miembro de la familia o un amigo. En algunos casos, el riñón se toma de alguien que ha sufrido una muerte cerebral.
Este programa trasplanta más riñones de donantes vivos que el promedio de otros centros de salud en los Estados Unidos. Los datos muestran que los receptores de donantes difuntos sufren el doble de episodios de rechazo agudo de órganos que los receptores de donantes vivos en los primeros tres años después del trasplante. Este hallazgo lleva a la expectativa de que los receptores de donantes difuntos tendrán un mayor riesgo de rechazar el trasplante a largo plazo que aquellos receptores de donantes vivos. Como resultado, el programa de trasplantes renales prefiere los trasplantes de donantes vivos.
El padre o la madre en general son los más compatibles, aunque algunas veces un tío o una tía pueden ser los donantes. En ocasiones, se pueden encontrar donantes sin parentesco que son compatibles. Los hermanos menores de 18 años no pueden donar porque son demasiado jóvenes para acceder legalmente al procedimiento.
LPCH ha sido lider en el uso de lo que se conoce como nefrectomía (extirpación del riñón) mínima. La incisión solo mide tres pulgadas, que es alrededor un tercio de la longitud de la nefrectomía abierta. Este enfoque también elimina las incisiones adicionales más pequeñas que se utilizan en la nefrectomía por medio de un laparoscopio. Con la nefrectomía mínima, el donante no solo se recupera más rápido, sino que con este tipo de técnica, los riñones trasplantados de los donantes funcionan más rápido en el receptor que los riñones extirpados con el enfoque laparoscópico..
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