El trasplante de médula ósea (BMT, por sus siglas en inglés) es un tratamiento especial para pacientes con determinados cánceres u otras enfermedades. Un trasplante de médula ósea consiste en tomar células que normalmente se encuentran en la médula ósea (células madre), filtrarlas y devolvérselas al paciente del cual se extrajeron o a otra persona. El objetivo del BMT es la transfusión de células de la médula ósea sanas a una persona luego de eliminarse su propia médula ósea enferma.
La médula ósea es un tejido blando y poroso que se encuentra dentro de los huesos. La médula ósea de las caderas, el esternón, la columna vertebral, las costillas y el cráneo contiene células que fabrican las células sanguíneas del cuerpo. Es responsable del desarrollo y almacenamiento de la mayoría de las células sanguíneas del cuerpo. Los tres tipos principales de células sanguíneas elaboradas en la médula ósea son:
Glóbulos rojos (eritrocitos). Llevan oxígeno a todos los tejidos del cuerpo.
Glóbulos blancos (leucocitos). Ayudan a combatir infecciones y asisten al sistema inmunitario.
Plaquetas. Ayudan en la coagulación de la sangre.
Cada una de estas células tiene una función esencial para la vida. La médula ósea es una parte vital del cuerpo humano.
Cada tipo de célula sanguínea de la médula ósea comienza como célula madre. Estas son células inmaduras capaces de fabricar otras células sanguíneas que maduran y funcionan como es necesario.
Las células madre son las más importantes de un trasplante de médula ósea. Al ser trasplantadas, se dirigen a la médula ósea del receptor y comienzan a diferenciarse (madurar) y generar todo tipo de células sanguíneas que el cuerpo necesita.
El objetivo de un trasplante de médula ósea es curar muchas enfermedades y tipos de cáncer. Cuando la médula ósea de un niño resulta lesionada o destruida por una enfermedad o tratamientos intensos de radioterapia o quimioterapia para el cáncer, puede ser necesario un trasplante de médula ósea.
El trasplante de médula ósea puede utilizarse para:
Sustituir una médula ósea enferma y que no funciona por una médula ósea sana y que sí funciona (para enfermedades como la leucemia, la anemia aplásica y la anemia drepanocítica o de células falciformes).
Sustituir la médula ósea y restaurar su función normal tras la administración de dosis altas de quimioterapia o radioterapia para tratar un cáncer. Este es un proceso que suele denominarse "de rescate" (para enfermedades como el linfoma y el neuroblastoma).
Sustituir la médula ósea por una médula ósea genéticamente sana y en funcionamiento para prevenir un daño mayor debido a una enfermedad genética (como el síndrome de Hurler y la adrenoleucodistrofia)
El trasplante de médula ósea conlleva riesgos, algunos de los cuales ponen en peligro la vida. Los riesgos y los beneficios se deben evaluar en detalle con el equipo de trasplante de médula ósea antes del procedimiento.
Cada niño experimenta las enfermedades en forma distinta, y un trasplante de médula ósea puede no ser apropiado para todos los que padecen estas enfermedades. He aquí algunas de las enfermedades que han sido tratadas con un trasplante de médula ósea:
Leucemia
Linfomas
Algunos tumores sólidos (por ejemplo, neuroblastomas, rabdomiosarcomas, tumores cerebrales)
Anemia aplásica
Inmunodeficiencias (trastorno de inmunodeficiencia combinada severa, síndrome de Wiskott-Aldrich)
Anemia de células falciformes
Talasemia
Anemia de Blackfan-Diamond
Trastornos metabólicos/de almacenamiento (por ejemplo: síndrome de Hurler, adrenoleucodistrofia)
Cáncer de riñón
Existen diferentes tipos de trasplante de médula ósea, dependiendo del donante. Los diferentes tipos de trasplante de médula ósea incluyen los siguientes:
Trasplante autólogo de médula ósea. El donante es el mismo niño. Las células madre se obtienen del niño, ya sea por extracción de la médula ósea o por aféresis (un proceso de recolección de las células madre de la sangre periférica), y se devuelven al paciente luego de un tratamiento intensivo. Suele utilizarse el término "de rescate" en vez de "trasplante".
Trasplante alogénico de médula ósea. El donante comparte el mismo tipo genético (o similar) que el niño. Las células madre se toman por extracción de la médula ósea o por aféresis de un donante que coincide genéticamente (suele ser un hermano o hermana). Otros donantes para trasplantes alogénicos de médula ósea incluyen los siguientes:
El padre o la madre. Se produce una coincidencia haploide idéntica cuando el donante es un progenitor y la coincidencia genética es idéntica al receptor en al menos el cincuenta por ciento. Lamentablemente, en muchos casos, los padres no son una coincidencia lo suficientemente buena para ser donantes.
Trasplante de médula ósea de desconocidos (UBMT o MUD, por sus siglas en inglés). Las células madre o de médula ósea que coinciden genéticamente son de un donante desconocido. Los donantes desconocidos se ubican mediante los registros nacionales de médula ósea.
Trasplante de sangre del cordón umbilical. Las células madre se obtienen del cordón umbilical inmediatamente luego del nacimiento de un bebé. Estas células madre se reproducen en células sanguíneas funcionales y maduras de forma más rápida y eficaz que las células madre extraídas de la médula ósea de otro niño o adulto. Las células madre son examinadas, clasificadas, contabilizadas y congeladas hasta que se necesiten para trasplantar.
El grupo de especialistas involucrados en el cuidado de los niños que se someten a un procedimiento de trasplante suele denominarse "equipo de trasplante", y todos sus miembros trabajan en forma conjunta para maximizar las probabilidades de un trasplante exitoso. El equipo de trasplante de médula ósea está compuesto por:
Proveedores de atención médica. Proveedores de atención médica especializados en oncología, hematología, inmunología y trasplantes de médula ósea.
Enfermero coordinador de trasplante. Enfermero que organizará todos los aspectos de los cuidados clínicos de su hijo antes y después del trasplante. El enfermero coordinador le dará información al paciente y coordinará los exámenes de diagnóstico y el cuidado de seguimiento.
Trabajadores sociales. Profesionales que ayudarán a su familia a enfrentar muchas situaciones que puedan surgir, como por ejemplo alojamiento, transporte, financiamiento y asuntos legales. También pueden ayudarle a coordinar métodos de aprendizaje alternativos para que su hijo no se atrase en la escuela.
Dietistas. Profesionales que ayudarán a satisfacer las necesidades nutricionales de su hijo antes y después del trasplante. Trabajarán junto con usted y su familia.
Fisioterapeutas. Profesionales que ayudarán a su hijo a volverse fuerte e independiente en cuanto a los movimientos y la resistencia luego del trasplante.
Asistencia pastoral. Capellanes que proporcionarán apoyo y asistencia espiritual.
Otros miembros del equipo. Muchos otros miembros del equipo evaluarán a su hijo antes del trasplante y brindarán cuidados de seguimiento, de ser necesario. Estos pueden incluir, entre otros, los siguientes:
Farmacéuticos
Terapeutas respiratorios
Técnicos de laboratorio
Especialistas en enfermedades infecciosas
Dermatólogos
Grastroenterólogos
Psicólogos
Especialistas en vida infantil
El equipo de trasplante de médula ósea realiza una evaluación profunda. La decisión de someter a su hijo a un trasplante de médula ósea se basa en muchos factores, que incluyen los siguientes:
Edad, estado general de salud e historia clínica del niño
Gravedad de la enfermedad
Disponibilidad de un donante
Tolerancia de su hijo a medicamentos, procedimientos o terapias específicos
Expectativas sobre la evolución de la enfermedad
Expectativas sobre la evolución del trasplante
Su opinión o preferencia
Para el niño que recibirá el trasplante, se realizará lo siguiente antes del procedimiento:
Antes del trasplante, el equipo de trasplante de médula ósea realizará una evaluación exhaustiva. Se conversarán y evaluarán los riesgos comparados con los beneficios del resto de las opciones de tratamiento.
Se realizará una historia clínica completa y un examen físico que incluye múltiples exámenes para evaluar las funciones de los órganos y la sangre del niño (por ejemplo, corazón, riñón, hígado y pulmones).
El niño asistirá con frecuencia al centro de trasplantes hasta 10 días antes del procedimiento para recibir hidratación, evaluación y demás preparativos. Se coloca quirúrgicamente un catéter, también llamado "vía venosa central", en una vena de la zona del tórax. Los productos sanguíneos y medicamentos se administrarán a través de este catéter.
Debe haber disponible un donante adecuado (tejido tipificado y compatible). Encontrar un donante compatible puede ser un proceso largo y difícil. Los donantes voluntarios de médula ósea están registrados en varios registros nacionales e internacionales. Una "investigación de médula ósea" consiste en investigar estos registros en busca de donantes cuya sangre coincida lo más posible con la del niño que necesita el trasplante.
Prepararse incluye lo siguiente:
Las fuentes de donantes disponibles son: uno mismo, hermanos, parientes o familiares, una persona no emparentada con el paciente o sangre del cordón umbilical de una persona emparentada o no emparentada. Existen registros nacionales e internacionales de personas no emparentadas y de sangre del cordón umbilical. Los miembros de la familia pueden ser tipificados por su deseo de ayudar. Estos familiares pueden o no ser elegibles para que se registre su tipo para el uso en otros receptores.
Si a un donante potencial se le notifica que puede haber una coincidencia con un niño que necesita un trasplante, se someterá a exámenes adicionales. Se realizarán exámenes relacionados con su salud, exposición a virus y un análisis genético completo para determinar el grado de compatibilidad. Al donante se le brindarán instrucciones sobre cómo se realizará la donación de médula ósea.
Una vez que se encuentra un donante para un niño que necesita un trasplante de médula ósea, se extraen las células madre de la médula ósea (recolección de células madre con una aguja colocada en el centro blando de la médula ósea) o se extraen las células madre de la sangre periférica (células madre que se obtienen de las células que circulan en la sangre). De ambas, las donaciones de células madre de la sangre periférica es más común en la actualidad. La sangre del cordón umbilical ha sido recolectada en el momento del nacimiento y almacenada para su uso posterior.
La coincidencia (compatibilidad) consiste en tipificar el antígeno leucocitario humano (HLA, por sus siglas en inglés). Los antígenos de la superficie de estos glóbulos blancos especiales determinan la composición genética del sistema inmunitario de una persona. Existen al menos 100 antígenos HLA. Sin embargo, se cree son pocos los antígenos principales que determinan si un donante y un receptor coinciden. Los otros se consideran “menores”, y su efecto en un trasplante exitoso no está bien definido. Comos los marcadores HLA son hereditarios, un gemelo idéntico es la mejor coincidencia.
Los investigadores siguen estudiando el papel de todos los antígenos en el proceso de trasplante de médula ósea. Cuanto más antígenos coincidan, mejor será el "prendimiento" de la médula donada. El "prendimiento" de las células madre se produce cuando las células donadas se dirigen a la médula y comienzan a producir nuevas células sanguíneas.
Un trasplante de médula ósea se realiza transfiriendo células madre de una persona a otra. Las células madre pueden recolectarse de las células que circulan en la sangre (el sistema periférico) o de la médula ósea.
Células madre de la sangre periférica (PBSC, por sus siglas en inglés). Las células madre de la sangre periférica se recolectan por aféresis. Este es un proceso en el cual el donante es conectado a una máquina especial que separa las células mediante una aguja introducida en la vena. La sangre se extrae de una vena y circula por una máquina que retira las células madre y devuelve la sangre y el plasma restantes al donante a través de otra aguja introducida en el brazo opuesto. Pueden necesitarse varias sesiones para recolectar suficientes células madre con el fin de asegurar las probabilidades de éxito del "prendimiento" en el receptor.
Puede administrársele un medicamento al donante durante aproximadamente una semana antes de la aféresis, el cual estimulará la médula ósea para que aumente la producción de células madre nuevas. Estas células madre nuevas saldrán de la médula y entrarán al sistema de sangre periférica o circulante.
Recolección de la médula ósea. La recolección de la médula ósea consiste en recolectar células madre con una aguja colocada en el centro blando de la médula ósea. La mayoría de los sitios utilizados para recolectar médula ósea están situados en los huesos de la cadera y el esternón. Los huesos de la cadera se utilizan con más frecuencia, porque tienen mayor cantidad de células madre. El procedimiento se realiza en el quirófano. Se anestesiará al donante durante el proceso, y este no sentirá la aguja. Durante la recuperación, el donante puede experimentar algún dolor en las zonas donde se introdujo la aguja.
Si el donante y el receptor son el mismo niño, el procedimiento se denomina "trasplante autólogo de médula ósea". Si se planea un trasplante autólogo, se recolectarán previamente las células madre de la sangre periférica (aféresis) o de la médula ósea. Se contarán, examinarán y prepararán para su infusión.
Sangre del cordón umbilical. Para trasplantes de sangre del cordón umbilical, la sangre se recolecta en el momento del nacimiento y se almacena. La sangre del cordón se recoge luego del parto, cuando la placenta y el cordón umbilical se separan del bebé. El lugar de recolección se limpia para evitar que ingresen bacterias durante el proceso de recolección. La sangre que contiene el cordón se recoge en un recipiente estéril. Luego, se prueba el tipo de sangre, la presencia de virus o enfermedades, y se cuentan las células madre. Posteriormente, la sangre del cordón umbilical se almacena en refrigeradores especiales y se inscribe en un registro nacional para potenciales receptores con coincidencia.
Los preparativos para un trasplante de médula ósea varían según el tipo de trasplante, la enfermedad que lo hace necesario y la tolerancia de su hijo a determinados medicamentos. Tenga en cuenta lo siguiente:
En la mayoría de los casos se incluyen dosis altas de quimioterapia o radioterapia en los preparativos. Esta terapia intensa es necesaria para tratar efectivamente el cáncer y hacer espacio en la médula ósea para que crezcan las células nuevas. Esta terapia suele denominarse "ablativa" o "mieloablativa", debido al efecto que tiene en la médula ósea. La médula ósea produce la mayoría de las células sanguíneas de nuestro cuerpo. La terapia ablativa impide este proceso de producción de células, y la médula ósea se vacía. Se necesita una médula ósea vacía que brinde espacio para que crezcan células madre nuevas y así se establezca un sistema de producción nuevo.
Luego de hacer quimioterapia, radioterapia o ambas, se realiza el trasplante -ya sea de la médula ósea, el cordón umbilical o de las células madre recogidas periféricamente- mediante el catéter venoso central en el torrente sanguíneo. La colocación de la médula ósea en el hueso no es un procedimiento quirúrgico, sino que es similar a recibir una transfusión de sangre. Las células madre encuentran el camino hacia la médula ósea y empiezan a reproducirse y formar células sanguíneas sanas nuevas.
Se proporciona cuidado de apoyo para prevenir y tratar infecciones, efectos adversos de los tratamientos y complicaciones. Esto incluye exámenes de sangre frecuentes, una monitorización rigurosa de los signos vitales, una medición estricta de lo que el paciente ingiere y elimina, un control del peso de su hijo una vez por día (o dos), y el hecho de brindar un ambiente limpio y protegido.
Los días previos al trasplante se cuentan como días con un signo negativo. El día del trasplante se considera el día 0. Los días del "prendimiento" y el período de recuperación después del trasplante se cuentan como días con un signo positivo. Por ejemplo, un niño puede ingresar en el hospital en el día -8 para un tratamiento preparatorio. Tras el trasplante, seguirán los días +1, +2, etc. Hay hechos específicos, complicaciones y riesgos asociados con cada día anterior, simultáneo y posterior al trasplante. Los días se enumeran para ayudar al niño y su familia a entender dónde están ubicados en cuanto a los riesgos y la planificación del alta.
Durante la infusión de médula ósea, su hijo puede experimentar uno o más de los siguientes síntomas:
Dolor
Escalofríos
Fiebre
Urticaria
Dolor en el pecho
Tras una infusión, su hijo puede:
Pasar varias semanas en el hospital
Estar muy susceptible a la infección
Experimentar sangrado excesivo
Recibir transfusiones de sangre
Estar aislado en un ambiente muy limpio para reducir al mínimo las probabilidades de infección
Tomar múltiples antibióticos y otros medicamentos
Tomar medicamentos para prevenir la enfermedad injerto contra huésped (si el trasplante es alogénico) (Las células nuevas trasplantadas -el injerto- tienden a atacar los tejidos del niño -el huésped-, incluso cuando el donante es un familiar, como por ejemplo un hermano o progenitor)
Hacerse análisis de laboratorio continuos
Experimentar náuseas, vómitos, diarrea, llagas en la boca y debilidad extrema
Experimentar traumas emocionales o psicológicos temporarios
La salud física y mental de su hijo es importante para el éxito del trasplante. Se toman todas las medidas posibles para reducir las complicaciones y promover un entorno saludable, alegre y seguro para su hijo.
El "prendimiento" de las células madre se produce cuando las células donadas se dirigen hacia la médula y comienzan a producir nuevas células sanguíneas. Dependiendo del tipo de trasplante y de la enfermedad que se esté tratando, el "prendimiento" normalmente se produce entre el día +15 y el día +30. Se realizarán recuentos sanguíneos frecuentes durante los días posteriores al trasplante para evaluar el inicio y el progreso del "prendimiento". Por lo general, las plaquetas son las últimas células sanguíneas en recuperarse.
El "prendimiento" puede retrasarse como consecuencia de una infección, medicamentos, poca cantidad de células madre donadas o rechazo del injerto. Aunque la médula ósea nueva puede empezar a producir células durante los primeros 30 días posteriores al trasplante, la recuperación total del sistema inmunitario puede tardar meses, e incluso años.
A continuación se enumeran las complicaciones que pueden producirse durante un trasplante de médula ósea. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de forma diferente. Las complicaciones pueden variar, dependiendo de lo siguiente:
Tipo de trasplante de médula ósea
Tipo de enfermedad que requiere el trasplante
Tratamiento de preparación
Edad y estado de salud general del receptor
Variación de la compatibilidad de tejido entre el donante y el receptor
Presencia de complicaciones graves
Las complicaciones posibles pueden incluir, entre otras, las siguientes, las cuales pueden presentarse solas o en combinación:
Infecciones. Las infecciones son probables en un niño que tiene supresión grave de la médula ósea. Las infecciones bacterianas son las más frecuentes. Las infecciones virales y por hongos pueden poner en riesgo la vida. Cualquier infección puede provocar una permanencia más larga en el hospital, impedir o retrasar el "prendimiento" o provocar un daño permanente a un órgano. Suelen administrarse antibióticos y medicamentos antihongos y antivirales para prevenir una infección grave en el niño inmunodeprimido.
Las medidas preventivas para fuentes comunes de infección también son parte del trasplante. Esto puede incluir todo o parte de lo siguiente:
Habitaciones especiales con aire filtrado
Restricciones en la dieta
Requisitos de aislamiento
Restricción de visitas
Régimen de higiene estricto
Cambio frecuente de ropa de cama
Se realizan exámenes de sangre para prevenir, detectar y tratar infecciones. Con frecuencia, se administran varios antibióticos si se sospecha la existencia de alguna infección.
Bajo nivel de plaquetas y bajo nivel de glóbulos rojos. La trombocitopenia (bajo nivel de plaquetas) y la anemia (bajo nivel de glóbulos rojos) como resultado de una médula ósea no funcional pueden ser peligrosas e incluso poner en riesgo la vida. La mayoría de los niños necesitarán varias transfusiones de productos sanguíneos. Un nivel bajo de plaquetas puede causar hemorragias peligrosas en los pulmones, tubo gastrointestinal (GI) y cerebro.
Dolor. El dolor relacionado con las llagas en la boca y la irritación gastrointestinal (GI) es común. Las dosis altas de quimioterapia y radioterapia pueden causar mucositis grave (inflamación de la boca y del tubo gastrointestinal). Sin el normal funcionamiento del sistema inmunitario, su hijo es incapaz de curar estas irritaciones con rapidez. Suele ser necesario un medicamento contra el dolor. El cuidado de la boca es necesario para prevenir infecciones y lesiones cuando se sospecha la presencia de mucositis.
Diarrea, náuseas y vómitos. Es posible que la quimioterapia, la radioterapia y la irritación GI causen diarrea, náuseas y vómitos. Quizá sea necesario administrarle a su hijo calorías y proteínas por vía intravenosa (IV) hasta que sea capaz de alimentarse nuevamente y se haya resuelto la diarrea.
Sobrecarga de líquido. La sobrecarga de líquido es una complicación que puede producir neumonía, daño al hígado y presión arterial alta. La razón principal de la sobrecarga de líquido es que los riñones no pueden mantener la gran cantidad de líquido que se está administrando por vía intravenosa, en forma de medicamentos, nutrientes y productos sanguíneos. Los riñones también pueden resultar dañados por una enfermedad, infección, quimioterapia, radioterapia o antibióticos.
Durante el trasplante y la recuperación se evaluará la aparición de signos y síntomas de sobrecarga de líquido en su hijo. Es posible que necesite pesarse al menos una vez por día (quizás dos o tres veces), y se medirá frecuentemente la química sanguínea, lo que ingiere y elimina. Puede que se administren medicamentos que ayuden a la función renal y la eliminación del exceso de líquido.
Dificultad respiratoria (disnea). El estado respiratorio es una función importante que puede resultar comprometida durante el trasplante. La infección, inflamación de las vías respiratorias, sobrecarga de líquido, enfermedad injerto contra huésped y las hemorragias son complicaciones potenciales que ponen en peligro la vida y que pueden presentarse en los pulmones y el sistema pulmonar. Puede ser necesario oxígeno suplementario para que su hijo respire mejor hasta que los problemas se corrijan.
La monitorización rigurosa del estado respiratorio de su hijo puede incluir:
Radiografías de tórax. Un examen de diagnóstico que utiliza rayos invisibles de energía electromagnética para producir imágenes de tejidos internos, huesos y órganos en una película.
Oxímetro de pulso. Un oxímetro es un dispositivo pequeño que mide la cantidad de oxígeno presente en la sangre. Para realizar dicha medición, se adhiere un sensor pequeño similar a un apósito a un dedo de la mano o del pie. Cuando el aparato está encendido, se ve una luz roja pequeña en el sensor. El sensor no provoca dolor, y la luz roja no aumenta de temperatura.
Daño de un órgano. El hígado y el corazón son órganos importantes que pueden dañarse durante el proceso de trasplante. El daño temporal o permanente al hígado y al corazón puede ser provocado por una infección, la enfermedad injerto contra huésped, dosis altas de quimioterapia y radioterapia o una sobrecarga de líquido.
La monitorización rigurosa de los exámenes de sangre y signos vitales de su hijo es importante para reducir y encontrar cualquier daño a un órgano que se haya presentado.
Rechazo del trasplante. El rechazo del trasplante de médula ósea es una complicación potencial. El fracaso del trasplante puede producirse como resultado de una infección, enfermedad recurrente o si el recuento de células madre de la médula donada fue insuficiente para que se produjera el "prendimiento".
El rechazo del trasplante puede tratarse con otro trasplante de médula, si existe un donante disponible.
Enfermedad injerto contra huésped. La enfermedad injerto contra huésped (GVHD, por sus siglas en inglés) puede ser una complicación grave durante un trasplante de médula ósea y poner en riesgo la vida. Esta enfermedad se produce cuando el sistema inmunitario del donante reacciona contra el tejido del receptor. Las células nuevas no reconocen los tejidos y órganos del cuerpo del receptor. Las zonas más comunes donde se produce esta enfermedad son el tubo gastrointestinal, el hígado, la piel y los pulmones.
La GVHD se clasifica de I a IV, y puede ser aguda (aparece de pronto) o crónica (va apareciendo durante un período prolongado). Es probable que se controle con frecuencia a su hijo para detectar señales y síntomas de esta enfermedad. Entre ellos, puede presentarse diarrea, fiebre, erupción, cambios en la piel, dolor abdominal, complicaciones respiratorias y disminución de la función del hígado.
Se administrarán medicamentos antes del trasplante para reducir el riesgo de esta complicación.
Luego de un trasplante de médula ósea, el momento en que su hijo será dado de alta depende de muchos factores, que incluyen los siguientes:
Amplitud del "prendimiento"
Presencia de complicaciones
Estado general de salud de su hijo
Distancia desde el centro médico (Esto puede ser especificado por el equipo de proveedores de atención médica de su hijo. A veces, se solicitará que el paciente que ha recibido un trasplante de médula ósea permanezca a poca distancia o tiempo de viaje del centro médico para así garantizar su seguridad en caso de que surjan complicaciones).
Se necesitarán visitas frecuentes al equipo de trasplante de su hijo para determinar la eficacia del tratamiento, descubrir complicaciones, enfermedades recurrentes y controlar los efectos tardíos asociados a un trasplante de médula ósea. La frecuencia y duración de las visitas será determinada por el equipo de trasplante de su hijo.
El pronóstico depende en gran medida de lo siguiente:
Tipo de trasplante de médula ósea
Tipo y alcance de la enfermedad tratada
Respuesta de la enfermedad al tratamiento
Genética
Edad y estado de salud general del niño
Tolerancia de su hijo a medicamentos, procedimientos o terapias específicos
Gravedad de las complicaciones
Como con cualquier procedimiento, en el trasplante de médula ósea el pronóstico y la supervivencia a largo plazo pueden variar considerablemente de un niño a otro. La cantidad de trasplantes realizados para cada vez más enfermedades y los adelantos médicos han mejorado mucho los resultados de los trasplantes de médula ósea en niños y adultos. El seguimiento continuo es fundamental para un niño que recibió un trasplante de médula ósea. Continuamente se descubren métodos nuevos para mejorar el tratamiento y disminuir las complicaciones y efectos adversos de los trasplantes de médula ósea.
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