Un quiste del conducto tirogloso es una cavidad en la parte delantera del cuello que está llena de líquido. El niño nació con este quiste. Se forma a partir de tejido sobrante del desarrollo de la glándula tiroidea cuando se estaba formando el embrión. La glándula tiroidea se ubica en la parte delantera del cuello. Forma parte de las glándulas que producen hormonas y que forman el sistema endocrino.
A pesar de que el quiste está presente desde el nacimiento, por lo general no se detecta hasta que el niño tiene por lo menos 2 años. Con frecuencia el proveedor de atención médica descubre el quiste tirogloso cuando el niño tiene una infección de las vías respiratorias superiores.
La glándula tiroidea se forma durante las primeras etapas de desarrollo del embrión. Comienza en la base de la lengua y se desplaza hacia abajo por el cuello a través de un canal o conducto (conducto tirogloso). Este conducto normalmente desaparece cuando la tiroides alcanza su posición final en el cuello. A veces, parte del conducto no desaparece. Esto deja una cavidad que se denomina un quiste.
Los síntomas pueden ser levemente distintos en cada niño. Los más comunes son:
Un bulto pequeño, suave y redondeado en el centro de la parte delantera del cuello
Sensibilidad, enrojecimiento e inflamación del bulto, si está infectado.
Dificultades para tragar o respirar
Los síntomas del quiste del conducto tirogloso pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Asegúrese de que su hijo consulte a su proveedor de atención médica para tener un diagnóstico.
Un quiste del conducto tirogloso por lo general se diagnostica cuando el proveedor de atención médica revisa a su hijo. Es muy probable que el proveedor de atención médica de su hijo le recomiende que vea a un especialista en garganta, nariz y oído (otorrinolaringólogo). O el proveedor puede derivarlo a otro proveedor de atención médica con experiencia en quistes del conducto tirogloso. También puede que su hijo necesite análisis tales como:
Análisis de sangre. Estos análisis controlan el funcionamiento de la glándula tiroidea.
Ecografía. Se usan ondas de sonido para controlar el quiste y la glándula tiroidea.
Tomografía computarizada (TC) del cuello. Se usan rayos X y una computadora para ver el cuello, incluido el quiste y la glándula tiroidea. Se usa un tinte de contraste para obtener mejores imágenes.
Aspiración por medio de aguja fina. Se utiliza una aguja pequeña para extraer células del quiste para realizar un diagnóstico.
El tratamiento dependerá de los síntomas, la edad y la salud general de su hijo. También variará según la gravedad de la afección.
El proveedor de atención médica de su hijo revisará regularmente el quiste de su hijo. El tratamiento puede incluir:
Medicamentos antibióticos
Realizar un corte y drenar el quiste, si los medicamentos antibióticos no eliminan la infección.
Realizar un corte en el quiste y algo de tejido circundante para extraerlo (escisión quirúrgica).
Inyectar una sustancia para eliminar el quiste, si el niño no puede recibir la cirugía.
Las complicaciones de un quiste del conducto tirogloso pueden incluir:
Bloqueo de las vías respiratorias superiores
Infección seria o recurrente
Presencia de células cancerígenas, pero esto es infrecuente
Un quiste del conducto tirogloso es una cavidad en la parte delantera del cuello que está llena de líquido. El niño nació con este quiste.
Se forma a partir de tejido sobrante del desarrollo de la glándula tiroidea cuando se está formando el embrión.
A pesar de que el quiste está presente desde el nacimiento, por lo general no se detecta hasta que el niño tiene por lo menos 2 años.
Un quiste del conducto tirogloso por lo general se diagnostica cuando el proveedor de atención médica revisa a su hijo.
El tratamiento puede incluir medicamentos antibióticos para tratar cualquier infección o cirugía para extraer el quiste.
Consejos para ayudarle a aprovechar al máximo una visita al proveedor de atención médica de su hijo:
Antes de su visita, escriba las preguntas que quiere hacerle.
En la consulta, anote los nombres de los nuevos medicamentos, tratamientos o pruebas y análisis, y toda nueva instrucción que su proveedor le dé para su hijo.
Si su hijo tiene una cita de control, anote la fecha, la hora y el propósito de esa visita.
Averigüe cómo puede comunicarse con el proveedor de su hijo después del horario de consultorio. Es importante por si su hijo se enferma y usted necesita hacer preguntas o pedir un consejo.
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