La torsión testicular es el retorcimiento de los testículos y del cordón espermático (estructura que se extiende desde la ingle hasta los testículos y que contiene nervios, conductos y vasos sanguíneos). La torsión provoca una disminución del flujo de sangre hacia los testículos y los estrangula al no permitir la llegada de oxígeno y nutrientes. Este problema ocasiona dolor, y en general se presenta en niños de 10 años o más. Si bien es más frecuente en la adolescencia, también puede presentarse durante el desarrollo fetal o inmediatamente después del nacimiento.
En los adolescentes y preadolescentes varones, la torsión ocurre principalmente debido a una inserción incompleta de los testículos dentro del escroto. Esto hace que los testículos tengan una mayor movilidad, lo que les permite torcerse. La torsión testicular detectada en el feto se origina cuando el saco protector que rodea los testículos dentro del escroto no se inserta internamente al escroto.
La causa de la torsión testicular se desconoce. Sin embargo, se han presentado algunos casos en padres, hijos y hermanos, lo que supone un componente genético.
Los síntomas de la torsión testicular pueden comprometer a uno o ambos testículos. A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la torsión testicular. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de forma diferente. Entre los síntomas más comunes se incluyen los siguientes:
Escrotales (que afectan el escroto):
Dolor
Hinchazón
Moretones en recién nacidos
Firmeza en recién nacidos
Enrojecimiento
Testículos ascendidos
Náuseas y vómitos
Pérdida del reflejo cremastérico (reflejo que controla el movimiento testicular hacia la cavidad pélvica, normalmente producido por el frío, el contacto, la estimulación emocional o el ejercicio)
Los síntomas de la torsión testicular pueden parecerse a los de otros trastornos o problemas de salud. Consulte siempre al proveedor de atención médica de su hijo para recibir un diagnóstico.
El diagnóstico de la torsión testicular normalmente se basa en la historia clínica completa y un examen físico del paciente. Su proveedor de atención médica también puede realizar un ultrasonido (ecografía), procedimiento no invasivo que utiliza ondas de sonido para tomar imágenes del escroto y los testículos para evaluar el flujo de sangre. Algunos proveedores también pueden llevar al niño con síntomas típicos directamente al quirófano para un tratamiento definitivo. Es imprescindible realizar un diagnóstico inmediato, ya que una torsión testicular prolongada puede causar daños irreversibles en los testículos. Pueden incluirse otros exámenes de diagnóstico, pero no existe ninguno que permita un diagnóstico preciso en todos los casos.
La torsión testicular suele requerir una intervención inmediata. La gravedad de la torsión depende de si los testículos están parcial o completamente torcidos. Cuanto más torcido esté el testículo, más urgente será la intervención. Para minimizar los problemas a largo plazo, en general es necesario realizar la intervención dentro de las seis horas de haberse presentado los síntomas.
La mayoría de los niños que desarrollan una torsión testicular deberán someterse a una cirugía inmediata para corregir el problema. La cirugía ayudará a que la torsión no vuelva a presentarse en el futuro. En algunos casos, es posible realizar una manipulación manual para corregir la torsión.
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