En general, el color de la piel de un bebé puede ayudar a identificar posibles problemas en otras áreas del cuerpo. Es importante detectar e informar al médico de su hijo si ocurren los siguientes cambios en el color de la piel:
Aumento del color amarillo. Durante la primera semana de vida, más de la mitad de todos los recién nacidos desarrollan algún grado de ictericia (coloración amarillenta en la piel y los ojos). En general, este trastorno es transitorio, pero puede ser un signo más serio de otra enfermedad. La ictericia es causada por la degradación de los glóbulos rojos. Dada la degradación de las células viejas, la hemoglobina se transforma en bilirrubina y el hígado la elimina. En un bebé recién nacido, este proceso de eliminación no está desarrollado completamente. La acumulación de bilirrubina en la sangre se conoce como hiperbilirrubinemia. Dado que la bilirrubina tiene un pigmento o coloración, los ojos, la piel y los tejidos del bebé se tornan amarillentos. La ictericia desaparece a medida que la función hepática madura. Un bebé prematuro tiene más probabilidades de desarrollar ictericia. En general, la coloración amarilla de la piel se puede apreciar presionando suavemente la frente o el tórax del bebé y observando cómo vuelve el color. Hay varios tipos de ictericia:
Ictericia fisiológica. La ictericia fisiológica se presenta como una respuesta "normal" a la capacidad limitada del bebé para excretar bilirrubina durante los primeros días de vida.
Ictericia por leche materna. Aproximadamente el 2% de los bebés que se alimentan con leche materna desarrollan ictericia después de los primeros 3 a 5 días. Alcanza a su mayor incidencia a las 2 semanas de vida, y puede continuar hasta 3 a 12 semanas más. Se cree que la ictericia por la lecha materna se produce como consecuencia de un factor existente en ella, que aumenta la reabsorción de la bilirrubina a través del tracto intestinal. Este proceso se denomina circulación enterohepática.
Ictericia por falla en el amamantamiento. Se produce por una falla en la iniciación del amamantamiento, lo cual provoca deshidratación, disminución en la producción de orina y deposiciones y acumulación de bilirrubina. Los bebés prematuros tardíos, aquellos que nacen entre las 34 y las 36 semanas, son más susceptibles a este problema. Ellos no tienen la coordinación y la fuerza para mantener una lactancia exitosa.
Ictericia por hemólisis. La ictericia puede presentarse como resultado de la destrucción de los glóbulos rojos debida a una enfermedad hemolítica del recién nacido (enfermedad Rh), de una excesiva cantidad de glóbulos rojos o de una hemorragia interna.
Ictericia relacionada con una función hepática inadecuada. La ictericia puede estar relacionada con una función hepática inadecuada ocasionada por una infección u otros factores.
El tratamiento para la ictericia depende de muchos factores, entre los que se incluyen la causa y la gravedad de dicho trastorno. Generalmente el tratamiento, denominado fototerapia, incluye el uso de luces especiales. Los bebés con ictericia severa pueden necesitar hospitalización y transfusiones de sangre.
Los bebés con ictericia pueden tener problemas de alimentación y ser irritables o apáticos. Llame al médico de su hijo si presenta alguno de estos signos:
Color azul que no desaparece. Cuando el bebé nace, el color de la piel es entre rojo oscuro y morado. Cuando el bebé comienza a respirar, cambia a color rojo. Este enrojecimiento normalmente comienza a desaparecer el primer día. Las manos y los pies del bebé pueden presentar un color azulado durante varios días. Esta es una respuesta normal del recién nacido a la circulación sanguínea inmadura.
La coloración azul en otras partes del cuerpo no es normal. En algunas ocasiones, la cara o los labios y la boca del bebé pueden ponerse morados como consecuencia de un llanto muy intenso. Sin embargo, deberían volverse rosados cuando el bebé deje de llorar. Si el color del bebé no vuelve a ser rosado, o si se aprecia un matiz azul generalizado en el bebé, puede ser signo de un problema. La coloración azul se denomina cianosis y generalmente se presenta en bebés con defectos cardíacos, dado que el corazón no puede bombear la sangre oxigenada hacia el resto del cuerpo. Las dificultades respiratorias también pueden provocar cianosis. Si su hijo presenta algún tipo de coloración azul, consulte inmediatamente al pediatra.
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