El sistema respiratorio está formado por los órganos que realizan el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono. El sistema incluye lo siguiente:
nariz;
garganta o faringe;
laringe;
y traquea.
Los pulmones que contienen:
las vías respiratorias o los bronquios;
las vías respiratorias más pequeñas o bronquiolos;
y las vías respiratorias pequeñas o los alvéolos.
Los pulmones son un par de órganos en forma de cono compuestos de tejido esponjoso de color gris rosado. Ocupan la mayor parte del espacio del pecho o el tórax (parte del cuerpo entre la base del cuello y el diafragma), están rodeados de una membrana llamada pleura y se dividen en secciones llamadas lóbulos.
Cuando usted respira, el aire:
ingresa al cuerpo a través de la nariz o la boca;
baja por la garganta hasta la laringe y la traquea;
entra a los pulmones a través de los bronquios;
luego, los bronquios se dividen en bronquiolos;
y los bronquiolos terminan en sacos de aire diminutos llamados alvéolos.
El intercambio de gas se lleva a cabo entre los alvéolos y cerca de los vasos sanguíneos.
Debido a las hormonas de embarazo y al feto en desarrollo, se producen muchos cambios en el sistema respiratorio. Algunos cambios incluyen lo siguiente:
nariz congestionada o flujo nasal y hemorragias nasales;
aumento de tamaño del tórax;
movimiento ascendente del diafragma, músculo grande y plano que se utiliza para respirar, hacia el tórax;
aumento de la cantidad de aire que se inhala y se exhala;
disminución de la capacidad pulmonar;
y mayor uso de oxígeno.
Debido a estos cambios, muchas mujeres sienten que les falta el aire o experimentan algunas dificultades para respirar durante el embarazo. Cuando la mujer desarrolla alguna afección pulmonar, como el asma, antes del embarazo, puede que sea necesario cambiar el tratamiento para controlar los síntomas y evitar complicaciones.
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