El síndrome nefrótico se caracteriza por los siguientes síntomas, que son consecuencia de los cambios que ocurren en pequeñas estructuras funcionales de los riñones:
Niveles muy altos de proteína en la orina
Niveles bajos de proteína en la sangre por su pérdida en la orina
Tumefacción de tejidos en todo el cuerpo (edema), en especial en el abdomen (ascitis)
Niveles elevados de colesterol en sangre
Disminución en la frecuencia de la micción
Aumento de peso debido al exceso de fluido
El tipo de síndrome nefrótico que ocurre con más frecuencia en niños se denomina "síndrome nefrótico idiopático", y ocurre en el 90 por ciento de los niños con síndrome nefrótico. El término "idiopático" significa que una enfermedad no tiene causa conocida. El tipo más común de síndrome nefrótico idiopático se llama "síndrome nefrótico idiopático de cambios mínimos" (MCNS, por sus siglas en inglés). El síndrome nefrótico idiopático es más frecuente en los niños que en las niñas.
En el caso del MCNS, el niño por lo general sufre recaídas, pero la enfermedad habitualmente puede controlarse, y su pronóstico es bueno. En casos aislados, el niño puede desarrollar insuficiencia renal que requiera diálisis.
Existe un síndrome nefrótico poco común que está presente en la primera semana de vida y se denomina "síndrome nefrótico congénito". Este síndrome se hereda por un gen autosómico recesivo, es decir que afecta tanto a varones como a mujeres por igual, y el niño hereda una copia del gen de cada uno de sus padres, quienes son portadores. La probabilidad de que los padres portadores tengan un hijo con síndrome nefrótico congénito es de una en cuatro, o del 25 por ciento, en cada embarazo. El resultado clínico de este tipo de síndrome nefrótico es extremadamente malo.
A continuación, se enumeran los síntomas más comunes del síndrome nefrótico. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de forma diferente. Entre los síntomas más comunes se incluyen los siguientes:
Fatiga y malestar
Disminución del apetito.
Aumento de peso y tumefacción en el rostro
Tumefacción o dolor abdominal
Orina espumosa
Acumulación de fluido en los tejidos del cuerpo (edema)
Piel pálida alrededor de la uñas
Cabello opaco
Cartílago de las orejas menos consistente al tacto
Intolerancias o alergias a los alimentos
Los síntomas del síndrome nefrótico pueden parecerse a los de otras enfermedades o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo para obtener un diagnóstico.
Además de un examen físico riguroso y la historia clínica completa, el médico de su hijo puede aconsejar los siguientes exámenes de diagnóstico:
Exámenes de orina. Para detectar la presencia de proteínas
Exámenes de sangre. Para controlar los niveles de colesterol y de una proteína especial de la sangre llamada albúmina
Ecografía del riñón. Examen no invasivo en el cual se pasa sobre el área del riñón un transductor que produce ondas sonoras que "rebotan" contra el riñón y transmiten la imagen del órgano a una pantalla de video. Sirve para determinar el tamaño y la forma del riñón, y para detectar masas, cálculos renales, quistes y otras obstrucciones o anomalías.
Biopsia renal. Procedimiento que consiste en tomar una pequeña muestra de tejido del riñón con una aguja. El tejido se envía a analizar con el fin de determinar la enfermedad específica.
El médico determinará el tratamiento específico basado en lo siguiente:
Edad, estado de salud general e historia clínica del niño
Gravedad de la enfermedad
Tolerancia de su hijo a medicamentos, procedimientos o terapias específicos
Expectativas para la evolución de la enfermedad
Su opinión o preferencia
Durante el episodio inicial del síndrome nefrótico, es probable que su hijo deba ser internado. Si el edema es grave o si el niño tiene problemas respiratorios o de presión arterial, deberá ser controlado constantemente.
Para tratar los síntomas durante el inicio de la enfermedad y las recaídas, es probable que se prescriban algunos de estos medicamentos:
Corticosteroides
Terapia con fármacos inmunodepresores
Diuréticos (para reducir el edema)
Albúmina intravenosa (IV, por sus siglas en inglés). Una proteína de la sangre que puede administrarse para reemplazar los niveles bajos
Una dieta especial con restricción de sal y otras especificaciones
Los medicamentos utilizados para tratar el síndrome nefrótico debilitan el sistema inmunológico, por lo tanto, su hijo no debería recibir vacunas con virus vivos. Es probable que se recomiende vacunar a su hijo contra la varicela si ha estado expuesto a dicha enfermedad y todavía no ha recibido esa vacuna.
Se producirán recaídas durante toda la infancia. Sin embargo, una vez que el niño alcanza la pubertad, la enfermedad suele permanecer en remisión (ausencia total o parcial de síntomas). Es muy poco frecuente que los síntomas reaparezcan en la edad adulta, pero existe una posibilidad.
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