Existen diversos tipos de enfermedades genéticas. El modo en el que se hereda la enfermedad puede ayudar a determinar los riesgos que presentará para el embarazo y el riesgo de que vuelva a presentarse en hijos posteriores. Los riesgos de tener un bebé con un defecto de nacimiento debido a una anomalía genética puede aumentar cuando:
Los padres tienen otro hijo con una enfermedad genética.
Existen antecedentes familiares de la enfermedad genética.
Un padre tiene una anomalía de los cromosomas.
Se detectan anomalías en el feto mediante una ecografía.
Los siguientes son los diferentes tipos de enfermedades genéticas:
Anomalías en los cromosomas
Defectos de un gen único
Problemas de factores múltiples (multifactoriales)
Problemas teratogénicos
Las anomalías de los cromosomas (o cromosómicas) del bebé pueden ser heredadas de los padres o bien pueden aparecer sin que haya antecedentes familiares. Los problemas cromosómicos más frecuentes son los siguientes:
Aneuploidía. Cantidad de cromosomas superior o inferior a la normal que incluye:
Síndrome de Down (trisomía 21). Las células contienen tres cromosomas número 21.
Síndrome de Turner. Uno de los cromosomas sexuales no se transfiere, dejando un cromosoma X solo, o un total de 45 cromosomas.
Deleción. Ausencia de parte de un cromosoma o parte del código de ADN.
Inversión. Un cromosoma se rompe y la parte del cromosoma que se desprende se invierte y se vuelve a insertar. Las inversiones pueden causar defectos congénitos o no, según sea su estructura exacta.
Translocación. Reorganización del segmento de un cromosoma de una ubicación a otra, ya sea dentro del mismo cromosoma o en otro.
Translocación equitativa. El ADN se intercambia equitativamente entre cromosomas sin que se agregue o pierda ninguno. Un progenitor con una translocación equilibrada es sano, pero corre riesgo de transmitir cromosomas no equilibrados durante el embarazo.
Translocación robertsoniana. Una translocación equilibrada en la que un cromosoma se une al extremo de otro.
Mosaicismo. Presencia de dos o más patrones cromosómicos en las células de una persona que origina dos o más líneas celulares (por ejemplo, algunas con 46 cromosomas y otras con 47).
También se conocen como "trastornos hereditarios mendelianos", debido al primer trabajo en genética de Gregor Mendel. En estos trastornos, un solo gen es responsable de un defecto o anomalía. Los trastornos de un único gen normalmente tienen mayores riesgos de ser heredados. Un trastorno de un único gen puede ser:
Dominante. Se produce una anomalía cuando solo uno de los genes de uno de los padres es anormal. Si el progenitor tiene el trastorno, el bebé tiene un 50 por ciento de posibilidades de heredarlo. Los ejemplos incluyen lo siguiente:
Acondroplasia.Desarrollo imperfecto de los huesos que provoca enanismo.
Síndrome de Marfan. Trastorno del tejido conectivo que provoca extremidades largas y defectos cardíacos.
Recesivo.Solo se produce una anomalía cuando ambos padres tienen genes anormales. Si ambos padres son portadores, el bebé tiene un 25 por ciento de posibilidades de tener el trastorno. Los ejemplos incluyen los siguientes:
Fibrosis quística. Trastorno de las glándulas que produce un exceso de mucus en los pulmones y problemas en la función del páncreas y la absorción de los alimentos.
Anemia de células falciformes. Trastorno que produce glóbulos rojos anormales.
Enfermedad de Tay-Sachs. Trastorno autosómico recesivo hereditario que produce la degeneración progresiva del sistema nervioso central, que es mortal (normalmente a alrededor de los 5 años de edad).
Trastorno ligado al cromosoma X.Este trastorno está determinado por los genes del cromosoma X. Los principales afectados y quienes tienen el trastorno son los hombres. Las hijas de hombres que sufren el trastorno son portadoras del rasgo y tienen una posibilidad cada dos de transferirlo a sus hijos. Los hijos varones de mujeres portadoras tienen una posibilidad cada dos de tener el trastorno. Los ejemplos incluyen los siguientes:
Distrofia muscular de Duchenne. Enfermedad de desgaste muscular.
Hemofilia. Trastorno de hemorragias provocado por niveles bajos, o ausencia, de una proteína de la sangre que es esencial para la coagulación.
Algunos defectos congénitos no siguen el patrón de un único gen ni de anomalía cromosómica. Pueden deberse a varios problemas, o al efecto combinado de los genes y el ambiente. Es difícil predecir la herencia de anomalías causadas por factores múltiples. Algunos ejemplos son los defectos cardíacos, el labio leporino, el paladar hendido y los defectos del tubo neural (defectos en la columna o el cerebro).
Se sabe que ciertas substancias producen anomalías en los bebés. Muchos defectos congénitos se producen cuando el feto es expuesto a teratógenos (sustancias que provocan anomalías) durante el primer trimestre del embarazo, cuando los órganos se están formando. Algunos teratógenos conocidos, entre otros, son los siguientes:
Algunos medicamentos (consulte siempre a su médico antes de tomar cualquier medicamento durante el embarazo)
Alcohol
Exposición a altos niveles de radiación
Plomo
Determinadas infecciones (como la rubéola)
Las familias con riesgo de sufrir enfermedades genéticas pueden consultar a un asesor especializado en genética. Trazar cuidadosamente los antecedentes y genealogía (cuadro de los integrantes de la familia) familiares puede ayudar a determinar los riesgos de ciertos problemas. La terapia de apoyo también ayuda a los padres a comprender los efectos de un trastorno y a conocer las formas de prevenirlo o tratarlo.
Puede ser necesario controlar el ADN de cada padre para conocer algunos patrones genéticos hereditarios. También existen exámenes prenatales para detectar problemas en el feto. Los exámenes pueden incluir ecografías (utilizar ondas de sonido para observar las estructuras internas), muestra vellosidades coriónicas (examinar los tejidos alrededor del feto), o amniocentesis (tomar una muestra del líquido amniótico).
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