La leucemia es el cáncer de la sangre. Es la forma de cáncer más común en la infancia Las células cancerosas crecen en la médula ósea e ingresan en la sangre. La médula ósea es el centro blando y esponjoso de algunos huesos. Produce glóbulos rojos. Cuando un niño tiene leucemia, la médula ósea produce células sanguíneas anormales que no maduran. Las células anormales son, por lo general, glóbulos blancos (leucocitos). La médula ósea también produce un menor número de células sanas. Las células anormales se reproducen rápidamente. No funcionan de la misma forma que las células sanas. Un niño tiene síntomas cuando tiene más células anormales y menos células normales.
Los tipos de células sanguíneas incluyen:
Glóbulos rojos (eritrocitos). Los glóbulos rojos transportan oxígeno. Cuando un niño tiene un bajo nivel de glóbulos rojos sanos, esto se llama anemia. Un niño puede sentirse cansado, débil y tener dificultad para respirar.
Plaquetas (trombocitos). Las plaquetas ayudan a la coagulación de la sangre y a detener la hemorragia. Cuando un niño tiene niveles bajos de plaquetas, tiene moretones y sangra con mayor facilidad.
Glóbulos blancos (leucocitos). Estos combaten las infecciones y otras enfermedades. Cuando un niño tiene niveles bajos de glóbulos blancos, es más probable que tengan infecciones. Los tipos de leucocitos son:
Linfocitos. Existen 2 tipos: linfocitos B y linfocitos T. Estas células crecen a partir de linfoblastos en la médula ósea.
Granulocitos. Hay 3 tipos: neutrófilos, basófilos y eosinófilos. Estas células crecen a partir de mieloblastos en la médula ósea.
Monocitos. Estas células crecen a partir de monoblastos en la médula ósea.
Hay distintos tipos de leucemia en los niños. La mayoría de los tipos son ya sea aguda o crónica. La aguda se desarrolla rápidamente, en días o semanas. La crónica se desarrolla más lentamente, durante meses o años. Algunos de los tipos de leucemia que se producen en los niños incluyen:
Leucemia linfocítica (linfoblástica) aguda (LLA). Este es el tipo de leucemia más común en los niños Se inicia a partir de los linfoblastos, las células que forman los linfocitos en la médula ósea.
Leucemia mielógena (mieloide, mielocítica, no linfocítica) aguda (LMA). Este es el segundo tipo de leucemia más común en los niños Se inicia a partir de los mieloblastos o células mieloides que forman muchos glóbulos blancos, además de glóbulos rojos y plaquetas.
Leucemia de linaje mixto o híbrido. Este tipo es poco frecuente. Es una mezcla de LLA y LMA.
Leucemia mielógena crónica (LMC). Este tipo también es raro en los niños. Al igual que la LMA, se inicia a partir de los mieloblastos o células mieloides que forman muchos glóbulos blancos, además de glóbulos rojos y plaquetas.
Leucemia linfocítica crónica (LLC). Este tipo es extremadamente raro en los niños. Al igual que la LLA, se inicia a partir de los linfoblastos, las células que generan linfocitos en la médula ósea.
Leucemia mielomonocítica juvenil (LMMJ). Este es un tipo raro de cáncer que no crece rápidamente (agudo) o de form lenta (crónico). También se inicia a partir de mieloblastos o células mieloides.
No se conoce la causa exacta de leucemia en los niños. Hay determinadas afecciones que se transmiten de padres a hijos (hereditarias) que aumentan el riesgo de leucemia infantil. Sin embargo, la mayor parte de la leucemia infantil no se hereda. Los investigadores han encontrado cambios (mutaciones) en los genes de las células de la médula ósea. Estos cambios pueden ocurrir temprano en la vida de un niño o incluso antes del nacimiento. Pero es posible que ocurra por casualidad (esporádica).
Los factores de riesgo para la leucemia infantil incluyen:
Exposición a altos niveles de radiación
Tener determinados síndromes hereditarios, tales como el síndrome de Down y el síndrome de Li-Fraumeni
Tener una enfermedad hereditaria que afecta al sistema inmunológico del cuerpo
Tener un hermano o hermana con leucemia
Los síntomas dependen de muchos factores. El cáncer puede estar en la médula ósea, la sangre y otros tejidos y órganos. Otros tejidos y órganos pueden verse afectados. Estos pueden incluir los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, el timo, el cerebro, la médula espinal, las encías y la piel.
Los síntomas pueden ser levemente distintos en cada niño. Estos pueden incluir:
Piel pálida
Cansancio, debilidad o frío
Mareos
Dolores de cabeza
Dificultad para respirar, falta de aliento
Infecciones frecuentes o a largo plazo
Fiebre
Moretones o sangrado, tales como hemorragias nasales o sangrado de las encías
Dolor en los huesos o en las articulaciones
Hinchazón del vientre (abdominal)
Poco apetito
Pérdida de peso
Inflamación de los ganglios linfáticos (nodos)
Los síntomas de la leucemia pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Asegúrese de que su hijo vea a un proveedor de atención médica para recibir un diagnóstico.
El proveedor de atención médica de su hijo le hará muchas preguntas acerca de los síntomas de su hijo. También examinará a su hijo. El proveedor de atención médica de su hijo puede recomendarle hacer algunos análisis de sangre y otras pruebas. Un hemograma (CSC) proporciona el número de glóbulos rojos, los diferentes tipos de glóbulos blancos y plaquetas. Si los resultados son anormales, el proveedor de atención médica de su hijo puede recomendarle que consulte a un especialista en cáncer pediátrico (oncólogo pediatra). El oncólogo puede querer que su hijo se realice pruebas adicionales, incluida:
Aspiración o biopsia de la médula ósea. La médula ósea se encuentra en el centro de algunos huesos. Es el lugar donde se producen las células sanguíneas. Se extrae una pequeña cantidad de líquido de ña médula ósea. Esto se conoce como aspiración. O bien se puede extraer tejido sólido de la médula ósea, A esto se le llama biopsia del núcleo. La médula ósea suele extraerse del hueso de la cadera. Esta prueba puede realizarse para determinar si las células cancerosas se han extendido a la médula ósea.
Análisis de sangre. Pruebas como la citometría de flujo e inmunohistoquímica. Estos exámenes determinan el tipo exacto de leucemia. También es posible que le hagan pruebas de ADN y cromosómicas.
Tomografía computarizada (TC). Esta prueba emplea una serie de radiografías y una computadora para producir imágenes detalladas del cuerpo.
Resonancia magnética (RNM). Esta prueba usa imanes grandes, ondas de radio y una computadora para crear imágenes detalladas del interior del cuerpo.
Tomografía por emisión de positrones (TEP). Para esta prueba, se inyecta un azúcar radiactivo en el torrente sanguíneo. Las células cancerosas utilizan más azúcar que las células normales, por lo que el azúcar se acumula en las células cancerosas. Se utiliza una cámara especial para ver dónde se encuentra el azúcar radioactivo en el cuerpo. En ocasiones, una tomografía por emisión de positrones (TEP) puede detectar células cancerosas en diferentes zonas del cuerpo, aunque no se puedan ver mediante otras pruebas o análisis. Esta prueba suele usarse en combinación con una tomografía computarizada. En tal caso, el estudio se llama TC/PET.
Radiografía.. En una radiografía se usa una pequeña cantidad de radiación para tomar imágenes de los huesos y otros tejidos del cuerpo.
Ultrasonido (ecografía). Este estudio usa ondas de sonido y una computadora para producir imágenes.
Biopsia de los ganglios linfáticos Una muestra de tejido se toma de los ganglios linfáticos. La muestra se examina bajo el microscopio para buscar células cancerosas.
Punción lumbar. Se coloca una aguja especial en la parte baja de la espalda, dentro del canal espinal. Esta es la zona que rodea la médula espinal. La punción se realiza para comprobar si en el encéfalo y la médula espinal hay células cancerosas. Se retira una pequeña cantidad de líquido cefalorraquídeo (LCR) y se envía a analizar. El LCR es el líquido que rodea el encéfalo y la médula espinal.
Su niño puede necesitar primero tratamiento por los bajos recuentos sanguíneos, hemorragias o infecciones. Es posible que su hijo reciba:
Factores de crecimiento de la sangre para aumentar la producción de células sanguíneas en la médula ósea
Transfusión de sangre con glóbulos rojos en el caso de recuentos sanguíneos bajos
Transfusión de sangre con plaquetas para ayudar a detener el sangrado
Medicamentos antibióticos para tratar cualquier infección
El tratamiento dependerá del estadio y de otros factores. La leucemia puede tratarse mediante alguna de las siguientes formas:
Quimioterapia. La quimioterapia es el uso de medicamentos para matar las células cancerosas o impedir que se reproduzcan. Se puede administrar en una vena (por vía IV) o canal espinal, inyectarse en un músculo o tomarse por boca. La quimioterapia es el principal tratamiento para la leucemia en los niños. Se administran varios medicamentos en diferentes momentos. Se hace generalmente en ciclos, con períodos de descanso en el medio. Esto le da a su hijo tiempo para recuperarse de los efectos secundarios.
Radioterapia. Este tratamiento consiste en rayos X de alta energía y otros tipos de radiación. Se usa para matar las células cancerosas o impedir que se reproduzcan. En algunos casos, puede usarse radiación.
Quimioterapia en dosis altas con trasplante de células madre. Las células sanguíneas jóvenes (células madre) se extraen del niño o de otra persona. Este tratamiento va seguido de una gran cantidad de medicamentos de quimioterapia. Esto causa daño a la médula ósea. Después de la quimioterapia, las células madre se reemplazan.
Terapia dirigida. Estos medicamentos pueden trabajar cuando la quimioterapia no genera resultados. Por ejemplo, puede utilizarse para tratar a aquellos niños con leucemia mieloide crónica (LMC). La terapia dirigida, a menudo, tiene efectos secundarios menos graves.
Cuidados de apoyo. El tratamiento puede causar efectos secundarios. El dolor, la fiebre, la infección, las náuseas y los vómitos pueden tratarse con medicamentos, entre otras cosas.
Ensayos clínicos. Pregúntele al proveedor de atención médica de su hijo si hay algún tratamiento que se esté probando y que podría ser eficaz para su hijo.
Hay 3 etapas en el tratamiento de la leucemia aguda. Estos incluyen:
Inducción. Esta es una combinación de quimioterapia y radiación. Se hace para detener la producción de células anormales por parte de la médula ósea. El objetivo es no poder detectar células cancerígenas. Esto se conoce como remisión. Es probable que su hijo tenga que permanecer en el hospital durante extensos períodos de tiempo. También tendrá que realizar consultas frecuentes al oncólogo.
Intensificación. Esto también se llama consolidación. Este es el tratamiento de quimioterapia en curso durante aproximadamente 1 a 2 meses. Esto se hace incluso cuando no se encuentran las células de leucemia.
Mantenimiento. Se lleva a cabo con dosis más pequeñas de quimioterapia durante un período de tiempo más largo. Puede durar de meses a años. Su hijo también puede tener períodos de quimioterapia a dosis altas durante este tiempo.
La médula ósea puede empezar a hacer las células anormales nuevamente (recaída) durante cualquier etapa del tratamiento. Esto puede ocurrir meses o años después de terminar el tratamiento.
Con cualquier cáncer, la forma en que se espera que un niño se recupere (el pronóstico) varía. Tenga en cuenta lo siguiente:
Es importante recibir tratamiento médico de inmediato para tener la mejor prognosis. El cáncer que se ha diseminado es más difícil de tratar.
Las visitas de control constantes durante el tratamiento y después del tratamiento son necesarias.
Se están probando nuevos tratamientos para mejorar los resultados y disminuir los efectos secundarios.
Un niño puede tener complicaciones debido al tumor o debido al tratamiento. También pueden ser a corto o largo plazo.
Los tratamientos pueden tener muchos efectos secundarios. Algunos efectos secundarios pueden ser menores. Algunos pueden ser graves e incluso mortales. Su hijo puede tomar medicamentos para ayudar a prevenir o disminuir los efectos secundarios. Se le darán instrucciones acerca de lo que puede hacer en casa.
Las posibles complicaciones de la leucemia pueden incluir:
Infecciones graves
Sangrado grave (hemorragia)
Espesamiento de la sangre por un gran número de células de leucemia
Otra posible complicación es el síndrome de vena cava superior. La vena cava superior es el gran vaso sanguíneo que suministra sangre a la parte superior del cuerpo. Si su niño tiene un agrandamiento de la glándula del timo en el pecho, puede ejercer presión sobre la vena cava superior. Puede causar síntomas muy graves y ser potencialmente mortal.
Las posibles complicaciones a largo plazo de la leucemia o el tratamiento pueden incluir:
Regreso de la leucemia
Desarrollo de otros cánceres
Problemas cardíacos o pulmonares
Problemas de aprendizaje
Crecimiento y desarrollo lentos
Problemas con la capacidad de tener hijos en el futuro
Problemas óseos tales como el adelgazamiento de los huesos (osteoporosis)
La mayoría de los cánceres infantiles, como la leucemia, no se pueden prevenir. El riesgo que suponen las radiografías y la tomografía computarizada es muy pequeño. Sin embargo, los proveedores de atención médica no las recomiendan en mujeres embarazadas y niños a menos que sea absolutamente necesario.
Un niño con leucemia necesita atención médica constante. Su hijo estará bajo la observación de oncólogos y otros proveedores de atención médica para tratar cualquier efecto tardío del tratamiento y para vigilar si hay signos o síntomas de que el cáncer regrese. Se le realizarán pruebas de diagnóstico por imágenes y otros exámenes o análisis. También es posible que otros proveedores de atención médica vean a su hijo por problemas debido al cáncer o al tratamiento.
Usted puede ayudar a su hijo a manejar su tratamiento de muchas formas. Por ejemplo:
Su hijo puede tener dificultad para comer. Un dietista puede ayudarle.
Su hijo puede estar muy cansado. Deberá buscar el equilibrio entre descanso y actividad. Anime a su hijo a hacer algo de ejercicio, ya que es bueno para su estado de salud general y puede ayudar a disminuir el cansancio.
Si su hijo fuma, ayúdelo a dejar de hacerlo. Si su hijo no fuma, asegúrese de que conozca el peligro de fumar.
Obtenga apoyo emocional para su hijo. Busque la ayuda de un terapeuta o de un grupo de apoyo infantil.
Asegúrese de que su hijo vaya a todas las visitas de control.
Llame al proveedor de atención médica si su hijo tiene lo siguiente:
Síntomas que empeoran
Aparecen síntomas nuevos
Efectos secundarios debido al tratamiento
La leucemia es el cáncer de la sangre. Las células cancerosas se desarrollan en la médula ósea e ingresan en la sangre. Otros tejidos y órganos que pueden verse afectados incluyen los ganglios linfáticos, el hígado, el bazo, el timo, el cerebro, la médula espinal, las encías y la piel.
Cuando un niño tiene leucemia, la médula ósea produce células sanguíneas anormales que no maduran. Las células anormales son, por lo general, glóbulos blancos (leucocitos). Y en el caso de la leucemia, la médula ósea produce un menor número de células sanas.
Los síntomas comunes de la leucemia en los niños incluyen sensación de cansancio y debilidad, moretones o sangrado fácil, e infecciones frecuentes o de larga duración.
La leucemia se diagnostica mediante un análisis de sangre y de la médula ósea. Se pueden hacer estudios de generación de imágenes para buscar signos de leucemia en diferentes partes del cuerpo.
La quimioterapia es la parte principal de la leucemia tratamiento en niños.
Un niño con leucemia puede tener complicaciones debido a dicha afección y debido al tratamiento.
Se necesita atención de seguimiento continua durante y después del tratamiento.
Consejos para ayudarle a aprovechar al máximo una visita al proveedor de atención médica de su hijo:
Tenga en mente la razón de la visita y qué desea que suceda.
Antes de su visita, escriba las preguntas que quiere hacerle.
En la visita, escriba el nombre de un diagnóstico nuevo y de todos los medicamentos, tratamientos o análisis nuevos. Además escriba todas las instrucciones nuevas que le dé el proveedor para su hijo.
Pregunte por qué se se indica un medicamento o tratamiento nuevo, y cómo ayudará a su hijo. Además, consulte cuáles serán los efectos secundarios.
Pregunte si la afección de su hijo se puede tratar de otras maneras.
Infórmese de por qué un análisis o procedimiento se recomienda y qué podrían significar los resultados.
Consulte qué puede ocurrir si su hijo no toma el medicamento o no se hace un análisis o procedimiento.
Si su hijo tiene una cita de control, anote la fecha, la hora y el propósito de esa visita.
Averigüe cómo puede comunicarse con el proveedor de su hijo después del horario de consultorio. Es importante por si su hijo se enferma y usted necesita hacer preguntas o pedir un consejo.
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