Los insectos pueden volar dentro del oído y quedar atrapados cuando el niño juega al aire libre. También pueden entrar en la oreja mientras un niño está durmiendo. Algunas veces, el insecto muere luego de ingresar al oído; otras veces, permanece vivo e intenta salir del oído. En cualquier caso, el insecto puede causar dolor y miedo en el niño por lo se lo debe extraer de inmediato.
Calme a su hijo y asegúrele que puede ayudarlo.
No intente extraer el insecto con un hisopo ni un objeto similar. De ese modo, es posible que empuje al insecto más aun dentro del oído o que dañe el oído medio y el tímpano.
Incline la cabeza del niño y sacúdala con delicadeza (sin golpearlo).
Si su hijo tiene tubos en las orejas o antecedentes de problemas de oídos, comuníquese con el médico de su hijo de inmediato para consultar sobre más recomendaciones de tratamiento.
Si su hijo no tiene tubos ni problemas de oído:
Si cree que el insecto aún se encuentra con vida y no sale luego de sacudir delicadamente la cabeza del niño, vierta una pequeña cantidad de aceite vegetal o de bebé dentro del canal auditivo. Eso suele ahogar al insecto.
Si cree que el insecto está muerto y no sale luego de sacudir delicadamente la cabeza del niño, vierta una pequeña cantidad de agua tibia dentro del canal auditivo para extraerlo. Un equipo de pera de goma del tipo que se compra sin receta para quitar cera del oído puede ser de ayuda.
El médico de su hijo determinará el tratamiento específico para eliminar insectos dentro del oído que requieran más que un tratamiento leve en el hogar. Por lo general, comuníquese con el médico de su hijo:
Para extraer insectos que no salen luego de sacudir con delicadeza la cabeza del niño ni con la irrigación. Los insectos pueden causar daño dentro del oído cuando pinchan o raspan el tímpano.
Si puede extraer solo partes o pedazos del insecto.
Si su hijo presenta síntomas de infección, como fiebre, mal olor o supuración del oído.
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