Hipertiroidismo significa "hiperactividad de la glándula tiroides", lo que provoca un exceso de hormona tiroidea en el torrente circulatorio. La secreción excesiva de hormona tiroidea provoca una hiperactividad del metabolismo del cuerpo. Si bien existen diversas formas de hipertiroidismo, la más común es la enfermedad de Graves.
La enfermedad de Graves se asocia comúnmente con el hipertiroidismo, y es la causa más común de hipertiroidismo durante el embarazo. Los investigadores creen que esta enfermedad es provocada por un anticuerpo que estimula la tiroides en exceso y, en consecuencia, provoca una producción excesiva de hormona tiroidea. La enfermedad de Graves está catalogada como trastorno autoinmunológico (una disfunción del sistema inmunológico del cuerpo). Esta enfermedad suele ser hereditaria, y es más común en las mujeres jóvenes y de mediana edad.
Los síntomas de la enfermedad de Graves son idénticos a los del hipertiroidismo, con la adición de otros tres síntomas. Sin embargo, cada persona puede experimentar los síntomas de forma diferente. Los tres síntomas adicionales son los siguientes:
Bocio (agrandamiento de la tiroides que puede causar una protuberancia en el cuello)
Ojos protuberantes (exoftalmos)
Engrosamiento de la piel en la zona de la barbilla
A continuación se enumeran los síntomas más comunes del hipertiroidismo. Sin embargo, cada persona puede experimentarlos de forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
Nerviosismo
Irritabilidad
Transpiración excesiva
Piel delgada
Cabello fino y quebradizo
Debilidad muscular, en especial en los muslos y la parte superior de los brazos
Manos temblorosas
Pulso acelerado
Presión arterial alta
Aumento en las evacuaciones
Pérdida de peso
Dificultad para dormir
Sensibilidad de los ojos a la luz
Mirada fija
Confusión
Ciclos menstruales irregulares
Los síntomas del hipertiroidismo pueden parecerse a los de otras enfermedades. Siempre consulte a su médico para obtener un diagnóstico.
Las glándulas tiroides sanas funcionan normalmente durante el embarazo. Menos del 1 por ciento de las mujeres sufren de un exceso en la función de la tiroides durante el embarazo. El hipertiroidismo debido a la enfermedad de Graves durante el embarazo tiende a empeorar durante la primera mitad del mismo, a mejorar durante la segunda mitad, y a empeorar nuevamente luego del embarazo (posparto).
El hipertiroidismo sin controlar tiene diversos efectos. Puede provocar un nacimiento prematuro (antes de las 37 semanas de embarazo) y un peso bajo del recién nacido. Algunos estudios han demostrado un aumento en hipertensión inducida por el embarazo (presión arterial alta durante el embarazo) en mujeres con hipertiroidismo.
La denominada "tormenta tiroidea" (forma grave de hipertiroidismo que puede poner en riesgo la vida) puede provocar complicaciones durante el embarazo. Es un trastorno que, de no tratarse, puede provocar niveles de hormona tiroidea extremadamente elevados que pueden causar fiebre alta, deshidratación, diarrea, frecuencia cardíaca rápida e irregular, shock e incluso la muerte.
Los medicamentos para tratar el hipertiroidismo pueden afectar al feto y al recién nacido. Algunos medicamentos pueden estar asociados con defectos de nacimiento. Se desconoce si los medicamentos antitiroideos pueden causar hipotiroidismo (niveles tiroideos bajos) en el feto y el recién nacido. El hipertiroidismo neonatal puede ocurrir en aproximadamente el 1 por ciento de los recién nacidos. Aunque la mayoría de los casos son transitorios y no provocan problemas al bebé, un control cuidadoso es importante.
El médico determinará el tratamiento específico basado en lo siguiente:
Estado de salud general e historia clínica
Tipo de hipertiroidismo
Gravedad de la enfermedad
Tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
Expectativas para la evolución de la afección
Opinión o preferencia del paciente
El tratamiento para el hipertiroidismo es muy específico según el paciente. El objetivo del tratamiento es mantener los niveles de hormona tiroidea dentro de los valores normales. El tratamiento puede incluir:
Monitoreo frecuente de niveles tiroideos durante el embarazo.
Medicamentos antitiroideos (si el beneficio del tratamiento vale la pena los riesgos). El propiltiouracilo y el metimazol son los medicamentos utilizados con más frecuencia.
Cirugía para extirpar parte de la tiroides (el nódulo que funciona en exceso).
Uso de iodo radiactivo (en forma de comprimido o líquido) que daña las células tiroideas no es seguro durante el embarazo.
Las mujeres con hipertiroidismo pueden tener más posibilidades de un embarazo saludable mediante atención médica prenatal y el trabajo en conjunto con su médico para controlar la enfermedad.
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