La epilepsia es un trastorno del sistema nervioso. También se la conoce como trastorno convulsivo. Normalmente los nervios del cuerpo envían información por medio de señales eléctricas y químicas. Las personas que tienen epilepsia tienen señales eléctricas anormales en el cerebro. Esto puede causar una convulsión. Las convulsiones pueden provocar temblores fuertes de los músculos. También pueden ser muy leves y prácticamente no provocar síntomas.
Las mujeres que tienen epilepsia tienden a tener más convulsiones cuando están embarazadas. Esto es especialmente cierto en las mujeres que ya tienen muchas convulsiones.
El embarazo no causa epilepsia. Sin embargo, una mujer embarazada que tiene epilepsia puede presentar convulsiones con más frecuencia. Esto puede deberse a que los medicamentos que tratan la epilepsia pueden actuar de modo distinto durante el embarazo. Es posible que no se absorban tan bien. O puede suceder que no funcionen tan bien. Además, las mujeres que tienen náuseas y vómitos a principios del embarazo pueden vomitar el medicamento antes de que este haya completado su efecto.
Los síntomas no son distintos de los que tiene una mujer que no está embarazada. Una mujer con epilepsia experimenta convulsiones frecuentes o regulares sin una causa conocida. Además de las convulsiones, los síntomas más comunes incluyen:
Dolor de cabeza
Cambios de humor o nivel de energía
Mareo
Desmayo
Confusión
Pérdida de memoria
Algunas mujeres también pueden tener un aura. Se trata de una sensación de que están por tener una convulsión justo antes de que comience.
Los síntomas de la epilepsia pueden parecerse a los de otras afecciones. Visite siempre a su proveedor de atención médica para obtener un diagnóstico.
La mayoría de las mujeres que tienen epilepsia habrán recibido el diagnóstico antes del embrazo. Ese diagnóstico se basa en los antecedentes de salud y en un examen físico. El diagnóstico se puede hacer solo después de que usted haya tenido más de una convulsión. Es posible que su proveedor de atención médica pida exámenes según la frecuencia de sus convulsiones. Estos pueden incluir análisis de sangre, estudios del corazón (ECG) y de las ondas cerebrales o electrocorticograma (ECG), y una tomografía computarizada (TC) o resonancia magnética (RM).
Si usted tiene epilepsia y está embarazada, es posible que necesite consultar a su proveedor de atención médica con más frecuencia. Lo más probable es que le receten medicamentos para prevenir las convulsiones. Es importante vigilar estos medicamentos para controlar las convulsiones y reducir los efectos secundarios. Su proveedor de atención médica usará la menor cantidad posible de medicamentos en la dosis más baja necesaria para controlar las convulsiones. Nunca deje de tomar ni reduzca la cantidad de sus medicamentos anticonvulsivos a menos que se lo indique su proveedor de atención médica.
Probablemente usted tenga un trabajo de parto y un nacimiento normales. Sin embargo, el estrés puede aumentar el riesgo de convulsiones. Un entorno de nacimiento tranquilo y el uso de anestesia epidural pueden ayudar.
Usted puede aumentar sus probabilidades de tener un embarazo saludable recibiendo atención prenatal temprana. Colabore con sus proveedores de atención médica para manejar su epilepsia.
La epilepsia y los medicamentos para tratarla pueden tener muchos efectos sobre la madre, el embarazo y el bebé que se está desarrollando. La mayoría de las mujeres pueden tener un embarazo y un bebé saludables. Sin embargo, la epilepsia sí puede aumentar el riesgo de tener ciertas complicaciones del embarazo. Por ejemplo:
Presión arterial alta del embarazo
Mortinato
Bebé levemente más pequeño
Defectos de nacimiento de la columna vertebra y el cerebro (defectos del tubo neural) Algunos medicamentos contra la epilepsia pueden interferir con los niveles de ácido fólico en la sangre. El ácido fólico es una vitamina B. Todas las mujeres en edad de procrear deben tomar suplementos de ácido fólico de 0.4 mg por día para prevenir defectos del tubo neural. Si usted toma medicamentos para la epilepsia, hable con su proveedor sobre tomar una dosis más alta de ácido fólico. Eso puede ayudar a prevenir este tipo de defectos.
Otros defectos de nacimiento. Pueden estar relacionados con algunos medicamentos para la epilepsia. La mayoría de los expertos están de acuerdo en que prevenir las convulsiones es más importante que los riesgos de tomar los medicamentos. La mayoría de los bebés que nacen de mujeres que toman medicamentos para la epilepsia no tienen defectos de nacimiento.
Niveles más bajos de vitamina D. Los medicamentos para la epilepsia pueden afectar la capacidad de su cuerpo de absorber la vitamina D. Tomar vitaminas prenatales generalmente soluciona este problema.
Sangrado grave del recién nacido. Algunos medicamentos para la epilepsia pueden afectar los niveles de vitamina K, la que es importante para la coagulación de la sangre. Todos los recién nacidos deben recibir una inyección de vitamina K para prevenir el sangrado.
Síntomas de abstinencia en el recién nacido. Se derivan del medicamento de la madre contra las convulsiones. Los síntomas duran solamente unas pocas semanas o meses. Generalmente no causan problemas serios ni de larga duración.
Problemas con el sueño o la alimentación. Los recién nacidos que se amamantan pueden estar muy somnolientos o tener problemas para alimentarse. Esto se debe a que el medicamento para las convulsiones pasa a la leche materna. Generalmente los beneficios del amamantamiento son mayores que cualquier efecto secundario que pueda tener el bebé.
Si usted comienza a tener convulsiones con mayor frecuencia, consulte a su proveedor de atención médica.
Aunque el embarazo no causa epilepsia, las mujeres que tienen esta afección tienden a tener convulsiones con más frecuencia durante el embarazo.
La epilepsia y los medicamentos para tratarla pueden tener muchos efectos sobre la madre, el embarazo y el bebé que se está desarrollando.
La mayoría de las mujeres con epilepsia pueden tener un embarazo y un bebé saludables.
Consejos para ayudarle a aprovechar al máximo una visita a su proveedor de atención médica:
Tenga en mente la razón de su visita y qué desea que suceda.
Antes de su visita, escriba las preguntas que quiere hacerle.
Lleve a alguien con usted para que le ayude a hacer las preguntas y para que recuerde lo que el proveedor le dice.
En la visita, escriba el nombre de un diagnóstico nuevo y de todos los medicamentos, tratamientos o análisis nuevos. Además escriba todas las instrucciones nuevas que le dé su proveedor.
Pregunte por qué se indica un medicamento o tratamiento nuevo, y cómo le ayudará. Además, consulte cuáles serán los efectos secundarios.
Pregunte si su afección se puede tratar de otras maneras.
Infórmese de por qué un análisis o procedimiento se recomienda y qué podrían significar los resultados.
Consulte qué puede ocurrir si usted no toma el medicamento o no se hace el análisis o procedimiento.
Si tiene una cita de control, anote la fecha, la hora y el propósito de esa visita.
Averigüe cómo comunicarse con su proveedor si tiene preguntas.
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