La ecografía es una técnica de diagnóstico que utiliza ondas de sonido
de alta frecuencia para crear una imagen de los órganos internos. Durante el curso del embarazo, suele realizarse una ecografía de exploración para controlar el crecimiento normal del feto y verificar la fecha de parto. También es posible que se realicen ecografías en varios momentos del embarazo por diferentes motivos:
Durante el primer trimestre:
Para establecer la fecha del embarazo
Para determinar la cantidad de placentas e identificar estructuras placentarias
Para diagnosticar un embarazo ectópico o un aborto espontáneo
Para examinar el útero y el resto de la anatomía de la pelvis
En algunos casos, para detectar anomalías en el feto
Durante el segundo trimestre: (a veces llamado "examen de la semana 18 a la 20")
Para confirmar la fechas del embarazo
Para determinar la cantidad de fetos e identificar estructuras placentarias
Como ayuda en exámenes prenatales tales como la amniocentesis
Para examinar la anatomía del feto y detectar la presencia de anomalías
Para controlar la cantidad de líquido amniótico
Para examinar los patrones de flujo de sangre
Para observar el comportamiento y actividad del feto
Para evaluar la placenta
Para medir la longitud del cuello del útero
Para controlar el crecimiento del feto
Tercer trimestre:
Para controlar el crecimiento del feto
Para controlar la cantidad de líquido amniótico
Como parte de un perfil biofísico
Para determinar la posición del feto
Para evaluar la placenta
Si bien los detalles específicos de cada procedimiento varían ligeramente, en general una ecografía sigue el proceso explicado a continuación. Durante el embarazo, se pueden realizar dos tipos de ecografía:
Ecografía abdominal En una ecografía abdominal, se aplica gel sobre el abdomen y se desliza un transductor de ultrasonido sobre el gel para crear la imagen. Para este tipo de ecografía, si se realiza en los primeros meses de embarazo, puede ser necesario que la mujer tenga la vejiga llena.
Ecografía transvaginal. En una ecografía transvaginal, se inserta un pequeño transductor de ultrasonido más pequeño dentro de la vagina, el cual se ubica contra la parte posterior de la misma para crear una imagen. La ecografía transvaginal produce imágenes más nítidas, y en general se realiza en los primeros meses del embarazo.
Existen varios tipos de técnicas de ecografía. La más común es la bidimensional o 2D. Esta proporciona una imagen plana de un aspecto de la imagen.
Si se necesita más información, puede realizarse una ecografía 3D o tridimensional. Esta técnica, que brinda una imagen de tres dimensiones, requiere un equipamiento y entrenamiento especiales. La imagen 3D le permite al médico observar el ancho, altura y profundidad de las imágenes, lo que puede ser de gran ayuda para el diagnóstico. Las imágenes 3D también pueden capturarse y guardarse para una revisación posterior.
La tecnología más moderna es la ecografía 4D, que le permite al médico visualizar los movimientos del no nacido en tiempo real. Con las imágenes 4D, la imagen de tres dimensiones se actualiza continuamente, lo que provee una visión "en vivo". Estas imágenes suelen ser de color dorado, lo que permite mostrar luces y sombras.
Las imágenes obtenidas por ecografía pueden ser capturadas en fotografías fijas o en video para documentar los resultados.
La ecografía fetal no presenta riesgos conocidos más allá de la leve incomodidad producto de la presión del transductor sobre el abdomen o dentro de la vagina. No se utiliza radiación durante este procedimiento.
Para la ecografía transvaginal es necesario cubrir el transductor de ultrasonido con una funda de plástico o látex que puede provocar una reacción en pacientes alérgicas al látex.
Las ecografías fetales a veces se ofrecen en instalaciones no médicas como imágenes o videos de recuerdo para los padres. Si bien el proceso de ecografía se considera seguro, es posible que si lo realiza personal no capacitado, este les dé a los padres garantías falsas del bienestar de su bebé, o tal vez pase por alto una anomalía. Se recomienda la realización de ecografías por parte de personal médico capacitado que pueda interpretar correctamente los resultados. Consulte a su médico ante cualquier duda.
La ecografía es una técnica que se mejora y perfecciona constantemente. Como ocurre con cualquier examen, es posible que los resultados no tengan una exactitud total. No obstante, la ecografía provee información valiosa para los padres y los profesionales de la salud en su tarea de proporcionar cuidados para el embarazo y el feto. Además, la ecografía les brinda a los padres la oportunidad única de ver a su bebé antes del nacimiento, lo cual los ayuda a establecer un vínculo y una relación tempranos con el niño.
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