Control y el Tratamiento del Asma

El tratamiento del asma

El tratamiento específico del asma será determinado por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:

  • La edad de su hijo, su estado general de salud y su historia médica.

  • Qué tan avanzada está la enfermedad.

  • La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.

  • Sus expectativas para el desarrollo de la enfermedad.

  • Su opinión o preferencia.

En la actualidad, no existe aún una cura para el asma. Sin embargo, puede a menudo controlarse por medio de medicamentos recetados por su médico, que podrían ayudar a prevenir o aliviar los síntomas, y por medio del aprendizaje de las formas de controlar los ataques de asma.

El control del asma

Las personas con asma pueden aprender a identificar y evitar las cosas que desencadenan un episodio y familiarizarse con medicamentos y otras estrategias para controlar el asma.

Según las Pautas para el Diagnóstico y el Control del Asma (Guidelines for the Diagnosis and Management of Asthma) más reciente, publicadas por el Instituto Nacional del Corazón, el Pulmón y la Sangre (National Heart, Lung, and Blood Institute):

  • El asma es una enfermedad crónica. Hay que tratarla continuamente; no sólo cuando aparecen los síntomas.

    • Las cuatro pautas para controlar el asma son:

      • Identificar y evitar en lo posible el contacto con los desencadenantes del asma.

      • Comprender y tomar los medicamentos tal y como se le han recetado.

      • Controlar el asma para reconocer las señales cuando éste empeora.

      • Saber qué hacer cuando el asma empeora.

  • Trabaje con un profesional del cuidado de la salud para determinar la mejor manera de tratar el asma de su hijo. Existen directrices específicas para los niños de recién nacidos a 4 años, 5 a 11 años de edad, y 12 y más.

  • Cuanto más informada está una persona que padece asma, mejor puede controlar la enfermedad.

Los cuatro componentes del tratamiento del asma son

  1. El uso de medidores objetivos de la función de los pulmones (espirometría, medidores de oxígeno, índice de flujo máximo respiratorio) para tener conocimiento de la gravedad del asma y vigilar el curso del tratamiento.

  2. La utilización de una terapia con medicamentos diseñada para contrarrestar y prevenir la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias, dos de los efectos del asma.

  3. El uso de medidas de control ambiental para evitar o eliminar los factores que inducen o desencadenan los brotes de asma, incluida la posibilidad de inmunoterapia.

  4. Educación del paciente, que involucra la cooperación entre el niño, su médico y los miembros de su familia.