En relación con otros dolores de cabeza principales, las cefaleas en racimos son poco comunes. Producen un dolor intenso y suelen ser recurrentes siempre de la misma manera en las personas que las sufren.
Las cefaleas en racimos ocurren en grupos, o racimos, y cada ataque promedio dura aproximadamente entre una y tres horas. La frecuencia de ocurrencia puede variar entre cada dos días o varias veces por día. Los períodos de cefalea en racimos son seguidos por remisiones que pueden durar meses o años.
Si bien los síntomas pueden variar según la persona, los siguientes son los síntomas más comunes de una cefalea en racimos:
Aparición súbita del dolor, generalmente alrededor o detrás del ojo (dolor retroorbitario).
El dolor va en aumento y alcanza un punto máximo en unos 10 a 15 minutos.
Inquietud o agitación.
Ojos enrojecidos o lagrimosos.
Congestión nasal.
Sudor en la frente.
Párpados caídos o hinchados.
Los síntomas de la cefalea en racimos pueden asemejarse a los de otras afecciones o problemas médicos. Siempre debe consultar a su médico para obtener un diagnóstico.
Afecta más a los hombres que a las mujeres.
Generalmente, los dolores de cabeza comienzan alrededor de los 30 años de edad.
La herencia podría influenciar las cefaleas en racimos.
Se desconoce la causa exacta de la cefalea en racimos.
Según la Academia Estadounidense de Médicos de Familia (American Academy of Family Physicians, AAFP), las cefaleas en racimos se diagnostican mediante un informe médico de los patrones de brotes recurrentes de dolores de cabeza casi diarios y que llegan a durar días, semanas o meses. Si bien no se usan de manera rutinaria para el diagnóstico, los investigadores están empezando a utilizar tomografías por emisión de positrones (PET) e imágenes por resonancia magnética funcionales (IRMf) para poder comprender cuáles son las causas de las cefaleas en racimos y cómo afectan al cuerpo humano.
Para el tratamiento de las cefaleas en racimo se necesita de un método doble: tratamiento agudo y prevención. El primer paso consiste en detener o al menos calmar el ataque presente. La AAFP recomienda la terapia de oxígeno a través de una mascarilla facial para ayudar a detener un ataque agudo.
También se utiliza un aerosol nasal llamado sumatriptán (Imitrex) para aliviar el dolor intenso de una cefalea en racimos. El sumatriptán es un agonista selectivo de los receptores de la serotonina, un medicamento que hace que los vasos sanguíneos del cerebro se constriñan, lo que produce un alivio del dolor.
La segunda parte del tratamiento de las cefaleas en racimos es prevenir los ataques recurrentes mediante el uso diario de medicamentos. Existe una gran cantidad de medicamentos que se utilizan para prevenir las cefaleas en racimos, pero sólo algunos han sido evaluados mediante ensayos clínicos aleatorios controlados.
Entre los medicamentos que se pueden utilizar para prevenir las cefaleas en racimo se encuentran:
Verapamilo. Se trata de un medicamento que relaja los vasos sanguíneos.
Prednisona. Se trata de un medicamento esteroide que reduce la inflamación y la hinchazón.
Ergotamina. Se trata de un medicamento que actúa junto con la cafeína para evitar la expansión de los vasos sanguíneos de la cabeza.
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