De vez en cuando, durante el proceso del parto, el bebé puede sufrir una lesión física simplemente como resultado del nacimiento. Estas lesiones son a menudo denominadas traumatismos en el parto o lesiones en el parto.
Un parto difícil o una lesión del bebé en el parto pueden producirse debido al tamaño del bebé o a su posición durante el trabajo de parto y el parto. Los trastornos que pueden relacionarse con un nacimiento complicado incluyen, entre otros, los siguientes:
Bebés de gran tamaño. Peso al nacer superior a los 4000 gramos (8 libras y 13 onzas)
Prematurez. Bebés que nacen antes de las 37 semanas (los prematuros tienen cuerpos más frágiles y puede lesionarse con mayor facilidad)
Desproporción cefalopelviana. El tamaño y la forma de la pelvis materna no son adecuados para un parto por vía vaginal
Distocia. Trabajo de parto o parto complicados
Trabajo de parto prolongado
Presentación anormal durante el parto. Un ejemplo de esto es el parto en presentación pelviana (es decir que las nalgas aparecen primero).
Las siguientes son las lesiones más comunes en el parto:
Tumor serosanguíneo (caput succedaneum). El tumor serosanguíneo es una hinchazón grave de las partes blandas de la cabeza del bebé que se desarrolla cuando este atraviesa el canal de parto. Algunos bebés presentan magulladuras en la región. Sin embargo, la hinchazón generalmente desaparece en pocos días y sin problemas. Los bebés que nacen en un parto asistido por el uso de una ventosa obstétrica tienen más probabilidades de presentar este trastorno.
Cefalohematoma. El cefalohematoma es una zona de hemorragia entre el hueso y su cobertura fibrosa. A menudo aparece varias horas después del nacimiento como un bulto en la cabeza del bebé. A medida que pasa el tiempo, el organismo reabsorbe la sangre. Según su tamaño, la mayoría de los cefalohematomas demoran de dos semanas a tres meses en desaparecer completamente. Si el área de hemorragia es extensa, algunos bebés pueden desarrollar ictericia debido a la destrucción de los glóbulos rojos.
Moretones o marcas por fórceps. Algunos bebés pueden presentar signos de moretones en la cara o la cabeza como resultado del traumatismo de atravesar el canal de parto y del contacto con los huesos y tejidos pelvianos de la madre. Los fórceps que se utilizan durante el parto pueden dejar marcas o moretones transitorios en la cara y la cabeza del bebé. Los bebés que nacen en un parto asistido por el uso de una ventosa obstétrica pueden presentar magulladuras o laceraciones (cortes) en el cuero cabelludo.
Hemorragia subconjuntival. La hemorragia subconjuntival es la ruptura de pequeños vasos sanguíneos en los ojos del bebé. Uno o ambos ojos pueden presentar una franja de color rojo brillante alrededor del iris. Esto es muy común y no provoca daño a los ojos. El enrojecimiento se absorbe generalmente entre una semana y diez días.
Parálisis facial. Durante el trabajo de parto o el parto, la presión sobre la cara del bebé puede lesionar un nervio facial. Este tipo de lesión también puede producirse cuando se utilizan fórceps en el parto. A menudo, el daño es evidente cuando el bebé llora. En el lado de la cara que presenta la lesión no hay movimiento y el bebé no puede cerrar el ojo. Si solo hubo magulladura del nervio, la parálisis generalmente mejora en unas pocas semanas. Si se produjo ruptura del nervio, quizá sea necesario realizar una cirugía.
Parálisis braquial. La parálisis braquial se produce cuando se lesiona el plexo braquial (conjunto de nervios que animan los brazos y las manos). Es más común cuando resulta dificultoso extraer el hombro del bebé, problema denominado distocia de hombro. El bebé pierde la capacidad de flexionar y rotar el brazo. Si la lesión provoca magulladuras e hinchazón alrededor de los nervios, el movimiento debería recuperarse a los pocos meses. La ruptura del nervio puede provocar un daño permanente del nervio. Se realizan ejercicios especiales para ayudar a mantener la amplitud de movimiento del brazo al tiempo que se produce la curación.
Fracturas. La fractura de clavícula es el tipo de fractura más común que se produce durante el trabajo de parto y el parto. La clavícula se puede quebrar si se presentan problemas al extraer el hombro del bebé o durante un parto de nalgas. Un bebé con una fractura de clavícula casi nunca mueve el brazo del lado de la lesión. Aún así, la cicatrización es rápida. A medida que se forma el hueso nuevo, se desarrolla un bulto firme en la clavícula durante los primeros diez días. Si la fractura es dolorosa, podría aliviarse al limitar el movimiento del brazo y del hombro con un vendaje o tablilla.
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