La parálisis de Bell es un episodio no explicado de debilidad o parálisis del músculo facial que comienza repentinamente y empeora en tres a cinco días. Esta condición resulta de daños al 7° nervio craneal (facial), y generalmente ocurre dolor e incomodidad en un lado de la cara y cabeza.
Puede atacar a cualquier edad, pero ocurre con más frecuencia en mujeres embarazadas y personas que tienen diabetes, gripe, un resfriado u otro mal de las vías respiratorias superiores. De acuerdo al National Institute of Neurological Disorders and Stroke (Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Derrame Cerebral), este trastorno nervioso afecta a cerca de 40,000 adultos y niños cada año. La parálisis de Bell ataca a hombres y mujeres por igual. Es menos común antes de la edad de 15 o después de los 60 años.
La parálisis de Bell no se considera permanente, pero en casos raros no desaparece. Actualmente, no hay cura conocida para la La parálisis de Bell; sin embargo, la recuperación generalmente comienza de dos semanas a seis meses después de la aparición de los síntomas. La mayoría de personas con parálisis de Bell recuperan por completo la fuerza y expresión facial.
Se desconoce una causa específica de la parálisis de Bell; sin embargo, se ha sugerido que el trastorno se debe a la inflamación dirigida al cuerpo por el sistema inmunológico del cuerpo contra el nervio que controla el movimiento de la cara. La debilidad o síntomas vistos en la parálisis de Bell se asocia algunas veces con lo siguiente:
Diabetes
Presión arterial alta
Trauma
Toxinas
Enfermedad de Lyme
Síndrome de Guillain-Barré
Sarcoidosis
Miastenia grave
Infección, especialmente luego de una infección viral con el virus del herpes simple (un virus que está relacionado con la causa de "llagas" en la boca)
Estas condiciones causan debilidad a través de un mecanismo diferente que la inflamación usual de la parálisis de Bell.
Los siguientes son los síntomas más comunes de la la parálisis de Bell. Sin embargo, cada persona puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden incluir:
Movimiento desordenado de los músculos que controlan las expresiones faciales, como sonreír, forzar la vista, parpadear o cerrar el párpado.
Pérdida de sensación en la cara
Dolor de cabeza
Lagrimeo
Salivar
Pérdida del sentido del gusto en los dos tercios del frente de la lengua
Hipersensibilidad al sonido en el oído afectado
Incapacidad para cerrar el ojo en el lado afectado de la cara
Los síntomas de la parálisis de Bell pueden parecerse a otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte con su médico para un diagnóstico.
Un tratamiento uniformemente recomendado para la parálisis de Bell es prevenir que el ojo se seque durante la noche o mientras se trabaja en una computadora. El cuidado del ojo, que puede incluir colirio durante el día, pomada durante la noche, o una cámara de humedad en la noche, ayuda a proteger la córnea contra rasguños, lo que es crucial para el manejo de la parálisis de Bell.
Su médico establecerá un protocolo de tratamiento adecuado para su condición con base en la severidad de sus síntomas y su perfil médico. Otras opciones de tratamiento incluyen:
Medicamentos esteroides para reducir la inflamación
Medicamentos antivirales, como el aciclovir
Analgésicos o calor húmedo para aliviar el dolor
Terapia física para estimular el nervio facial
Algunas personas pueden elegir usar terapias alternativas en el tratamiento de la parálisis de Bell, pero no hay pruebas de que estas terapias alternativas realmente hagan una diferencia absoluta en la recuperación de una persona. Tal tratamiento puede incluir:
Relajación
Acupuntura
Estimulación eléctrica
Capacitación en retroalimentación
Terapia de vitamina, incluyendo B12, B6, y el mineral cinc
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