El asma es una enfermedad pulmonar de larga duración (crónica) que hace que las vías respiratorias de su hijo se vuelvan sensibles a ciertas cosas (desencadenantes). Varias cosas les suceden a las vías respiratorias de un niño cuando se expone a los desencadenantes:
El recubrimiento que rodea las vías respiratorias se hincha.
Los músculos que rodean las vías respiratorias se tensan.
Las vías respiratorias producen una mucosidad más espesa que lo habitual.
Todas estas cosas hacen que las vías respiratorias se estrechen. Eso hace que al aire le resulte difícil entrar y salir de los pulmones de su hijo y causa los síntomas del asma.
No se conoce la causa exacta del asma. Los investigadores creen que, en parte, se transmite de padres a hijos. Pero también puede deberse a muchas otras cosas tales como el entorno, infecciones y sustancias químicas.
Un niño tiene más probabilidades de tener asma si:
Tiene entre 5 y 17 años.
Tiene familiares con asma.
Tiene alguna alergia.
Está rodeado de humo de tabaco.
Está en un lugar donde hay contaminación ambiental.
Tiene algún otro problema de salud, como problemas de los senos paranasales y sobrepeso.
Los síntomas pueden ser levemente distintos en cada niño. En los niños con asma, hay épocas en que no tienen síntomas, o tienen muy pocos. Pero hay otras épocas en que los síntomas empeoran. Los síntomas pueden incluir, por ejemplo:
Tos constante o que viene y se va
Sibilancia o silbidos que se oyen cuando el niño respira
Dificultades para respirar o falta de aire mientras hace actividad
Opresión en el pecho
Cansancio
Tos por la noche
Respiración ruidosa
Los síntomas del asma pueden parecerse a los de otros problemas de salud. Asegúrese de que su hijo consulte a su proveedor de atención médica para tener un diagnóstico.
Para diagnosticar el asma, el proveedor de atención médica de su hijo puede recomendarle las siguientes pruebas:
Espirometría. Un espirómetro es un dispositivo que se usa para comprobar el funcionamiento de los pulmones. Puede hacerse en los niños pequeños, incluidos los bebés.
Monitoreo del flujo espiratorio máximo. Un medidor de flujo espiratorio máximo se usa para ver la cantidad de aire que un niño puede soplar de sus pulmones. Esta medición es muy importante para ver qué tan controlada está el asma de su hijo.
Radiografías del pecho. Esta prueba de diagnóstico utiliza rayos de energía invisible para obtener imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa radiográfica.
Análisis de sangre. Estos exámenes comprueban la cantidad de dióxido de carbono y oxígeno en la sangre.
Pruebas de alergia. Las pruebas de alergia permiten ver si su hijo tiene alergias que puedan estar causándole el asma o empeorándolo.
El tratamiento dependerá de los síntomas, la edad y el estado general de salud de su hijo. También variará según la gravedad de la afección.
El proveedor de atención médica de su hijo puede remitirlo a un pulmonólogo. Es un médico con una capacitación especial para tratar los problemas de los pulmones. También es posible que a su hijo lo remitan a un especialista en asma y alergia. El tratamiento de su hijo dependerá de la gravedad de sus síntomas y de la facilidad con que puedan controlarse. El tratamiento incluye encontrar los desencadenantes y maneras de evitarlos. También incluirá medicamentos.
Los medicamentos para el asma pueden ser, por ejemplo:
Broncodilatadores. Estos medicamentos se usan para ayudar a abrir las vías respiratorias estrechadas. Pueden aliviar la tos, los silbidos, la falta de aire o las dificultades para respirar.
Medicamentos antiinflamatorios. Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación de las vías respiratorias.
Antileucotrienos. Estos medicamentos ayudan a reducir el estrechamiento de las vías respiratorias. Se suelen tomar por boca.
Inmunoterapia. Puede usarse para los ataques graves de asma en niños mayores de 12 años.
El asma que no está bien controlado puede causar:
Ataques graves de asma
Daños duraderos en las vías respiratorias
Más tiempo en el hospital o en el departamento de emergencias
Inasistencia a clases u otras actividades
El asma no puede prevenirse por completo. Pero hay medidas que puede tomar para reducir las probabilidades de que su hijo desarrolle asma. Incluyen:
Evitar el humo de segunda mano.
Evitar la contaminación ambiental.
En la mayoría de los niños, los ataques de asma pueden prevenirse con lo siguiente:
Evitar los desencadenantes conocidos.
Manejar cuidadosamente los síntomas.
Tomar los medicamentos según le hayan indicado.
Puede ayudar a manejar el asma de su hijo de la siguiente manera:
Descubra cuáles son los desencadenantes para su hijo y manténgalo alejado de ellos.
Dele a su hijo sus medicamentos siguiendo las indicaciones para prevenir los síntomas.
Cree un plan de acción para el asma y cúmplalo.
Observe atentamente los signos y síntomas del asma y sepa cuándo están empeorando.
Sepa qué hacer cuando el asma empeora.
Colabore con el proveedor de atención médica de su hijo para encontrar la mejor manera de ocuparse del asma de su hijo. Hay pautas para los niños desde recién nacidos hasta los 4 años, de los 5 a los 11 años y 12 años o más.
Cuanta más información tiene una persona con asma, mejor podrá controlarla.
Llame al proveedor de atención médica de su hijo si nota que los síntomas de su hijo no están bien controlados. Por ejemplo, su hijo se despierta por la noche con síntomas o tiene dificultades con sus actividades diarias.
Llame al proveedor de atención médica de su hijo o busque ayuda médica de inmediato si el niño tiene síntomas graves. Los síntomas graves pueden ser dificultades para:
Respirar
Dormir
Caminar
Hablar
El asma es una enfermedad pulmonar de larga duración (crónica) que hace que las vías respiratorias se hinchen y produzcan más mucosidad. También hace que los músculos que rodean las vías respiratorias se tensen.
Los síntomas del asma incluyen problemas para respirar, silbidos, tensión en el pecho y tos.
Permanecer lejos de esas cosas que causan síntomas de asma (desencadenantes) es importante en el tratamiento del asma.
Se usan medicamentos para prevenir y controlar los síntomas durante un ataque.
El asma puede causar complicaciones graves si no está bien controlado.
Consejos para ayudarle a aprovechar al máximo una visita al proveedor de atención médica de su hijo:
Antes de su visita, escriba las preguntas que quiere hacerle.
En la consulta, anote los nombres de los nuevos medicamentos, tratamientos o pruebas y análisis, y toda nueva instrucción que su proveedor le dé para su hijo.
Si su hijo tiene una cita de control, anote la fecha, la hora y el propósito de esa visita.
Averigüe cómo puede comunicarse con el proveedor de su hijo después del horario de consultorio. Es importante por si su hijo se enferma y usted necesita hacer preguntas o pedir un consejo.
Conéctese con nosotros:
Descarga nuestra App: