La anorexia nerviosa (AN), una forma de auto-inanición, es un trastorno alimenticio que se caracteriza por una imagen distorsionada del cuerpo que conduce a restringir los alimentos y otra conducta que evita que una persona gane peso. La anorexia nerviosa se conoce algunas veces como anorexia.
La causa de la anorexia nerviosa es desconocida. La anorexia generalmente comienza como una conducta inocente de dieta, pero que gradualmente progresa a pérdida de peso extrema y poco saludable. Las actitudes sociales hacia la apariencia corporal, influencias familiares, genética, y factores neuroquímicos y de desarrollo son considerados posibles contribuyentes a la causa de la anorexia. Los adolescentes que desarrollan anorexia tienen más probabilidades de proceder de familias con un historial de problemas de peso, enfermedad física y otros problemas de salud mental, como la depresión o abuso de sustancias. Los adolescentes con el trastorno proceden de familias que son desafiadas por la solución apropiada de problemas, ser demasiado rígidas, demasiado críticas, entrometidas y sobreprotectoras. Los adolescentes también pueden ser dependientes, inmaduros en su desarrollo emocional y tienen probabilidades de aislarse de los otros. Otros problemas de salud mental, como los trastornos de ansiedad o afectivos, se encuentran con frecuencia en adolescentes con anorexia.
La mayoría de los afectados son mujeres (del 90 al 95 por ciento), aunque esas estadísticas están cambiando ya que los hombres están ahora más frecuentemente afectados. Inicialmente identificada en familias de clase superior y mediana, ahora se sabe que la anorexia se encuentra en todos los grupos socioeconómicos y una variedad de grupos étnicos y raciales.
Hay dos subgrupos de conducta anoréxica orientada a reducir el consumo calórico, incluyendo los siguientes:
Tipo restrictivo. Una persona limita severamente el consumo de alimentos, especialmente los carbohidratos y alimentos que contienen grasas.
Bulimia (llamada también tipo compulsivo/purgativo). Una persona come en exceso y luego induce el vómito y/o toma grandes cantidades de laxantes u otros catárticos (medicamentos, a través de sus efectos químicos, que sirven para aumentar la eliminación del contenido intestinal).
Los siguientes son los síntomas más comunes de la anorexia. Sin embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente.
Los síntomas pueden incluir:
Bajo peso corporal
Temor intenso a volverse obeso, incluso como persona que está perdiendo peso.
Visión distorsionada del propio peso corporal, tamaño, o forma; se ve a sí mismo demasiado gordo, incluso cuando está por debajo del peso normal; expresa sentirse gordo, incluso cuando está muy delgado.
Se rehúsa a mantener el peso corporal normal mínimo
En las mujeres, la ausencia de tres ciclos menstruales sin otra causa
Excesiva actividad física con el fin de promover la pérdida de peso
Niega sensaciones de hambre
Preocupación con la preparación de alimentos
Conductas alimenticias extrañas
Los siguientes son los síntomas físicos más comunes asociados con la anorexia, que resultan con frecuencia de la inanición y desnutrición. Sin embargo, cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden incluir:
Piel seca que cuando se pellizca y suelta permanece estrujada
Deshidratación
Dolor abdominal
Estreñimiento
Letargo
Mareos
Fatiga
Intolerancia a temperaturas bajas
Demacración
Desarrollo de lanugo (cabello corporal fino, suave)
Amarilleo de la piel
Las personas con anorexia también pueden ser socialmente tímidas, irritables, malhumoradas y/o deprimidas. Los síntomas de la anorexia nerviosa pueden parecerse a otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte con al médico de su hijo para un diagnóstico.
Los padres, profesores, entrenadores o instructores pueden identificar al niño o adolescente con anorexia, aunque muchas personas con al trastorno inicialmente mantienen su enfermedad muy privada y oculta. Sin embargo, un psiquiatra infantil, o un profesional de salud mental calificado generalmente diagnostica la anorexia en niños y adolescentes. Una historia detallada de la conducta del niño por parte de los padres y profesores, observaciones clínicas de la conducta del niño, y, algunas veces, las pruebas psicológicas contribuyen a hacer el diagnóstico. Los padres que notan síntomas de anorexia en su hijo o adolescente pueden ayudar buscando una evaluación y tratamiento tempranos. El tratamiento temprano puede con frecuencia prevenir problemas futuros.
La anorexia, y la malnutrición que resulta, pueden afectar adversamente a casi todos los sistemas de órganos en el cuerpo, aumentando la importancia del diagnóstico y tratamiento tempranos. La anorexia puede ser fatal. Consulte con el médico de su hijo para obtener más información.
El tratamiento específico para la anorexia nerviosa será determinado por el médico de su hijo con base en:
La edad, salud global e historial médico de su hijo
La extensión de los síntomas de su hijo
La tolerancia de su hijo a medicamentos o terapias específicos
Las expectativas del tratamiento de la condición
Su opinión o preferencia
La anorexia generalmente se trata con una combinación de terapia individual, terapia familiar, modificación de la conducta y rehabilitación nutricional. El tratamiento debe siempre estar basado en una evaluación completa del adolescente y su familia. La terapia individual generalmente incluye técnicas cognitivas y conductuales. La medicación (generalmente antidepresivos) puede ser útil si el adolescente con anorexia está también deprimido. La ocurrencia frecuente de complicaciones médicas y la posibilidad de muerte durante el curso del tratamiento agudo y de rehabilitación requiere que el médico de su hijo y un nutricionista sean miembros activos del equipo de manejo. Los padres juegan un papel de apoyo vital en cualquier proceso del tratamiento. Se puede requerir hospitalización para complicaciones médicas relacionadas con la pérdida de peso y la malnutrición.
Las complicaciones médicas que pueden resultar de la anorexia incluyen,pero no están limitadas a, las siguientes:
Cardiovascular (corazón). A pesar de que es difícil predecir cuáles pacientes anoréxicos podrían tener problemas cardíacos que pueden amenazar la vida que resultan de su enfermedad, se ha encontrado que la mayoría de pacientes anoréxicos hospitalizados tienen frecuencias cardíacas bajas. Daños al miocardio (músculo del corazón) que pueden ocurrir como resultado de la desnutrición o vómitos repetidos que puede poner en peligro la vida. Complicaciones cardíacas comunes que pueden ocurrir y que incluyen las siguientes:
Arritmias (una frecuencia cardíaca rápida, lenta o irregular)
Bradicardia ( frecuencia cardíaca lenta)
Hipotensión (baja presión arterial)
Hematológica (sangre). Un estimado de un tercio de pacientes anoréxicos tienen anemia leve (bajo conteo de glóbulos rojos). La leucopenia (bajo conteo de glóbulos blancos) ocurre en hasta el 50 por ciento de los pacientes anoréxicos.
Gastrointestinales (estómago e intestinos). El movimiento normal del tracto intestinal se vuelve lento con frecuencia con la alimentación muy restringida y pérdida de peso severa. Ganar peso y algunos medicamentos ayudan a restaurar la motilidad o movimiento intestinal normal.
Renales (riñón). La deshidratación con frecuencia asociada con la anorexia resulta en orina altamente concentrada. La poliuria (producción aumentada de orina) también se puede desarrollar en pacientes anoréxicos cuando disminuye la capacidad de los riñones para concentrar la orina. Los cambios renales generalmente regresan a lo normal con la recuperación del peso normal.
Endocrinas (hormonas). En las mujeres, la amenorrea (cese del ciclo menstrual durante el menos tres meses consecutivos cuando se espera que sea de otra manera) es uno de los síntomas distintivos de la anorexia. La amenorrea con frecuencia precede a la pérdida de peso severa y continúa después de que se recupera el peso normal. Algunas veces se encuentran niveles reducidos de hormonas en pacientes anoréxicos y puede explicar el retardo del crecimiento algunas veces visto en pacientes anoréxicos. La nutrición normal generalmente restaura el crecimiento normal.
Esqueléticas (huesos). Las personas con anorexia están en un riesgo mayor de fracturas esqueléticas (huesos rotos). Cuando el inicio de los síntomas anoréxicos ocurre antes de que se logre la formación ósea máxima (generalmente a la mitad o el final de la adolescencia), existe un riesgo más grande de osteopenia (tejido óseo disminuido) u osteoporosis (pérdida ósea). Frecuentemente, la densidad ósea se encuentra baja en mujeres con anorexia, y es común el bajo consumo y absorción de calcio.
Las medidas de prevención para reducir la incidencia de la anorexia no se conocen en este momento. Sin embargo, la detección e intervención temprana puede reducir la severidad de los síntomas, mejorar el crecimiento y desarrollo normales del niño y mejorar la calidad de vida experimentada por niños o adolescentes con anorexia nerviosa. También puede ser útil fomentar hábitos de alimentación saludables y actitudes realistas hacia el peso y la dieta.
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