La anemia es un trastorno frecuente de la sangre que ocurre cuando la cantidad de glóbulos rojos es menor que lo normal, o cuando la concentración de hemoglobina en sangre es baja.
La hemoglobina. Es la parte de la sangre que distribuye el oxígeno de los pulmones a los tejidos del cuerpo.
El hematócrito. Es la medición del porcentaje de glóbulos rojos que se encuentran en un volumen específico de sangre.
La anemia a menudo es un síntoma de una enfermedad más que una enfermedad en sí misma. En general, se desarrolla debido a la presencia de uno de estos factores:
Pérdida excesiva de sangre o hemorragia.
Producción insuficiente de glóbulos rojos.
Destrucción excesiva de glóbulos rojos.
Disminución de la producción y excesiva destrucción de glóbulos de sangre rojos.
La mayoría de los síntomas de la anemia son el resultado de la disminución de oxígeno en las células o "hipoxia". Puesto que los glóbulos rojos, en forma de hemoglobina, llevan oxígeno, una disminución en la producción o cantidad de estas células produce "hipoxia". Muchos de los síntomas no se presentan con una anemia leve, ya que el cuerpo puede compensar los cambios graduales en la hemoglobina.
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la anemia. Sin embargo, cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir, entre otros, los siguientes:
Palidez anormal o pérdida de color en la piel.
Aumento en el pulso (taquicardia).
Dificultad para respirar (disnea).
Falta de energía o cansarse fácilmente (fatiga).
Mareos o vértigo, especialmente cuando se está de pie.
Dolor de cabeza.
Irritabilidad.
Ciclos menstruales irregulares.
Ausencia o retraso de la menstruación (amenorrea).
Dolor o inflamación de la lengua (glositis).
Ictericia o coloración amarilla de la piel, ojos y boca.
Aumento del tamaño del bazo o del hígado (esplenomegalia, hepatomegalia).
Curación lenta de heridas y tejidos.
Los síntomas de la anemia pueden parecerse a los de otros trastornos de la sangre o problemas médicos. Puesto que la anemia es a menudo un síntoma asociado con otra enfermedad, es importante que su médico esté informado de los síntomas que usted esté experimentando. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
Generalmente, la anemia puede ser causada por varios problemas incluyendo los siguientes:
Ciertas infecciones.
Ciertas enfermedades.
Ciertos medicamentos.
La mala nutrición.
La pérdida de sangre.
Existen varios tipos de anemia, cada uno con una causa y tratamiento específico, incluyendo los siguientes:
Anemia ferropénica.
Anemia megaloblástica (perniciosa).
Anemia por deficiencia de folato.
Anemia hemolítica.
Anemia drepanocítica o de células falciformes.
Anemia de Cooley (beta talasemia).
Anemia aplásica.
Anemia crónica.
Anemia por causa de insuficiencia renal.
Se puede sospechar que el niño padece de anemia hemolítica a partir de los datos generales obtenidos de los antecedentes médicos y el examen físico completos de su hijo, y de signos como cansancio injustificado, palidez en la piel o los labios o latidos cardíacos acelerados (taquicardia). Generalmente, la anemia se detecta durante un examen médico que incluye análisis de sangre que miden la concentración de hemoglobina y la cantidad de glóbulos rojos.
Además del examen físico y los antecedentes médicos completos, los procedimientos para diagnosticar la anemia pueden incluir:
exámenes de sangre adicionales
biopsia por aspiración y por punción de la médula ósea. La aspiración y, o la biopsia de médula ósea es un procedimiento que comprende la extracción de una pequeña cantidad de líquido de la médula ósea (aspiración) y, o de tejido sólido de la médula ósea (biopsia de núcleo), generalmente de los huesos de la cadera, para estudiar la cantidad, tamaño y madurez de los glóbulos y, o células anormales.
El tratamiento específico de la anemia será determinado por su médico basándose en:
Su edad, su estado general de salud y su historia médica.
Qué tan avanzada está la enfermedad.
Su tolerancia a determinados medicamentos, procedimientos o terapias.
Sus expectativas para la trayectoria de la enfermedad.
Su opinión o preferencia.
El tratamiento puede incluir:
Tratamiento de la enfermedad causante.
Suplementos de vitaminas y minerales.
Cambios en la dieta.
Medicamentos.
Transfusiones de sangre.
Trasplante de médula ósea.
Cirugía (para extirpar el bazo, si está relacionado con la anemia hemolítica).
Antibióticos (si una infección es el agente causante).
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