La insuficiencia adrenal se clasifica como primaria o secundaria. La insuficiencia adrenal primaria se conoce como la enfermedad de Addison. La enfermedad de Addison ocurre cuando las glándulas adrenales no funcionan y no pueden producir suficiente cantidad de la hormona cortisol (hidrocortisona), y muchas veces la hormona aldosterona. La insuficiencia adrenal secundaria ocurre cuando la glándula pituitaria en el cerebro no logra producir suficiente hormona adrenocorticotropina (ACTH). Esto conduce a la falta de producción de cortisol en las glándulas adrenales.
Las glándulas adrenales se localizan justo por encima de cada riñón. Las glándulas adrenales que funcionan normalmente trabajan interactivamente con el hipotálamo y la glándula pituitaria en el cerebro. El hipotálamo produce hormona liberadora de corticotropina, que estimula la glándula pituitaria para producir ACTH. La ACTH estimula las glándulas adrenales para producir cortisol y lo liberan en el torrente sanguíneo. El cortisol es una hormona esteroide que ayuda a controlar el metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos. También afecta a las funciones del sistema inmune y suprime las reacciones inflamatorias en el cuerpo.
La enfermedad de Addison es poco frecuente. La aparición de la enfermedad puede presentarse a cualquier edad.
La destrucción de la glándula suprarrenal debido a una respuesta autoinmune es la causa más común de la enfermedad. Algunos casos de la enfermedad de Addison es causados por la destrucción de las glándulas adrenales debidas al cáncer, infección u otras enfermedades. Otras causas pueden incluir:
Las infecciones por hongos.
La infección tuberculosa de las glándulas adrenales.
Los trastornos hereditarios de las glándulas endocrinas.
La falta de ACTH conduce a insuficiencia adrenal secundaria. Una causa común de esto es la supresión de la ACTH a través del uso a largo plazo de esteroides como la prednisona. La prednisona se utiliza a menudo para ayudar a los pacientes con asma grave, la artritis reumatoide y otras condiciones crónicas. Otras causas incluyen:
Los tumores de la glándula pituitaria.
La pérdida de flujo sanguíneo a la pituitaria.
Eliminación o tratamiento de radiación quirúrgica de la hipófisis.
La extirpación quirúrgica de partes del hipotálamo.
Los síntomas de la enfermedad de Addison leve pueden presentarse solamente cuando el paciente pasa por situaciones de estrés físico. A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la enfermedad de Addison. Sin embargo, cada persona puede experimentarlos de una forma diferente. Los síntomas pueden incluir:
Debilidad.
Fatiga.
Mareos.
Piel oscura.
Pecas negras.
Descoloramiento negro-azulado alrededor de los pezones, la boca, el recto, el escroto o la vagina.
Pérdida de peso.
Deshidratación.
Pérdida del apetito.
Dolor en los músculos.
Náuseas.
Vómito.
Diarrea.
Presión arterial baja.
Los niveles bajos de azúcar (hipoglucemia).
Para las mujeres, ciclos menstruales irregulares o la ausencia de menstruación.
Si la enfermedad de Addison no se trata, puede producir dolores abdominales severos, debilidad extrema, presión sanguínea baja, insuficiencia del riñón y shock, especialmente cuando el paciente experimenta estrés físico.
Los síntomas de la enfermedad de Addison pueden parecerse a los de otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte a su médico para el diagnóstico.
Además de la historia completa y el examen médico, para el diagnóstico de la enfermedad de Addison se pueden incluir los procedimientos siguientes:
Exámenes de sangre para medir los niveles de hormonas corticosteroides.
Exámenes de función renal para determinar si la orina está concentrada.
El objetivo del tratamiento es recuperar la función normal de las glándulas adrenales, para que produzcan niveles normales de hormonas corticosteroides. Esto incluye cortisol y, en casos de Addison, la aldosterona.
Como la enfermedad de Addison puede suponer una amenaza a la vida, el tratamiento comienza a menudo con la administración de corticosteroides. Los corticosteroides como la prednisona, pueden administrarse por vía oral o intravenosa, dependiendo de la condición del paciente. Generalmente el paciente tiene que continuar tomando corticosteroides por el resto de su vida. El tratamiento puede incluir también la toma de fludrocortisona, un medicamento que ayuda a recuperar los niveles de sodio y potasio del cuerpo.
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